sábado, 5 de noviembre de 2011
MÚSICA DEL SÁBADO: LA NIÑA
Desde temprano, la niña reza,
pa' que su día no sea tan largo
y con la luz de madrugada,
hace limpieza de sus encargos
cierra los ojos pa' no mirarse,
que en el espejo se va notando
que su trabajo la está acabando
y es que su santo está en descanso
todos los días, todas las horas,
en esa espuma de sus tristezas,
uñas y carne, sudor y fuerzas,
todo su empeño, todos sus sueños,
se van quedando en sus recuerdos,
en la memoria de sus anhelos
Ay! melena negra carita triste, Rosa María
buscando vives tus días y noches una salida
que un domingo libra este infierno tuyo por tu alegría.
Maquiladora sólo un recuerdo será algún día
y la cosecha tu propio fruto será algún día,
será algún día. y a la desaparecida le harán justícia, será algún día
Que redimidos sean tus patrones será algún día
y que la humildad se vuelva orgullo será algún día
y que seas igual a los demás será algún día,
será algún día.
viernes, 4 de noviembre de 2011
GRACIAS A TODOS
Gracias a todos por vuestra fidelidad. Hoy , el Rincón del Anacoreta ha sobrepasado la cifra de 200.000 visitas. Vuestra presencia, aunque sea silenciosa, me anima a seguir haciendo mi aportación diaria.
Espero seguir contando con vuestro cariño y apoyo virtual.
Un gran abrazo a todos.
LA VIDA CONTEMPLATIVA
Thomas Merton nos da pistas en este texto sobre lo que es la vida contemplativa y el verdadero contemplativo. No es "huir" del mundo, sino "vivirlo" de una manera diferente; vivirlo en el amor.
" La vida contemplativa no es la búsqueda de la paz en una exclusión de toda la realidad exterior, ni consiste en cerrar los sentidos, de una manera negativa y estéril, al mundo, sino que se basa en la apertura del amor. Empieza con la aceptación de mi propio yo, en mi pobreza y próximo a la desesperación, para reconocer: que donde está Dios no puede haber desesperación y que Dios está en mí aun cuando yo desespere; que nada puede cambiar el amor que Dios me tiene, ya que mi misma existencia es el signo de que Dios me ama, y la presencia de Su amor me crea y me sostiene.(...)
Hermano, el contemplativo no es el hombre que tiene visiones flamígeras del querubín llevando a Dios en su carro imaginario, sino sencillamente el que ha arriesgado su mente en el desierto más allá del lenguaje y las ideas, allí donde Dios se encuentra en la desnudez de la confianza pura, es decir, en la total entrega de nuestra pobreza y de nuestra condición inacabada...(...)
El mensaje de esperanza que te ofrece el contemplativo es, pues, hermano, que no necesitas encontrar tu camino a través de la maraña del lenguaje y de los problemas que hay hoy en día en torno a Dios, sino que tanto si lo comprendes como si no, Dios te ama, está presente en ti, vive en ti, mora en ti, le llama, te salva y te ofrece una comprensión y una luz que no se parecen en nada a las que hayas podido encontrar en libros o escuchando sermones."
(Thomas Merton)
jueves, 3 de noviembre de 2011
EL ANACORETA Y LA VERDADERA HUMILDAD
Llamó el Anacoreta a su joven seguidor y le preguntó:
- ¿Qué es la humildad?
El joven respondió con rapidez:
- No creerse más que los demás, considerarse poca cosa, inútil...
El anciano le preguntó entonces:
- Y, ¿cómo se consigue ser humilde?
El joven volvió a responder sin dudar:
- Colocándose en el último lugar, no darse importancia, hablar mal de uno mismo, no dar importancia a nuestros méritos...
El joven se detuvo al ver la cara que ponía el Anacoreta. Este, suspiró, tomó al joven de la mano, le hizo tomar asiento y tras una pequeña pausa, dijo:
- Hijo mío, nada de eso es la humildad. Y el camino que me has señalado, conduce a un orgullo todavía mayor.
Miró al joven a los ojos y continuó:
- En el evangelio, al final del camino de la humildad no encontramos un santo, encontramos un publicano, un pecador... Ser humilde es reconocernos tal cual somos y aceptarnos así. El camino de la humildad es el del autoconocimiento. Hacer cosas para ser humildes, es tener el orgullo de creer que la santidad depende de nosotros. En la parábola del fariseo y del publicano, la oración que acepta Dios, es la del pecador que se reconoce tal cual es y así se deja acoger en las manos de Dios...
El joven seguidor preguntó:
- ¿Sólo eso?
El Anacoreta sonrió al responder:
- Parece muy sencillo, pero es muy difícil. De hecho pasamos toda la vida intentando conocernos, y, lo que todavía nos cuesta más, intentando aceptarnos tal cual somos. Es más sencillo ponerse caretas, aunque sea la máscara de la humildad. Creer, que porque bajo la cabeza, me callo, me pongo el último, soy humilde...cuando nuestro interior está lleno de soberbia...
Tomó la mano del joven, lo levantó y concluyó:
- Dios nos quiere tal cual somos, con nuestros defectos y nuestras virtudes...Es a partir de ahí que hemos de intentar amar a los demás. A los que, por cierto, tampoco seré capaz de amarlos si no los acepto tal cual son, con sus defectos y sus virtudes...
miércoles, 2 de noviembre de 2011
REFLEXIONES AL ATARDECER...
No, no está anocheciendo. Precisamente escribo estas líneas, cuando apenas una luz rojiza sobre el mar, anuncia un nuevo amanecer. Es el día de difuntos y asociamos la muerte con el atardecer de la vida. Pensamos que la muerte es el fin, que todo acabó...Nos da miedo la muerte. Quizá porque no sabemos lo que es. Sabemos lo que es el morir. Los que nos movemos en el mundo de la sanidad hemos visto morir a mucha gente, quizá en algún momento, un accidente, una grave enfermedad, nos hemos visto morir..., pero no hemos muerto, no sabemos lo que es la muerte, porque, por mucho que estudiemos, sólo sabemos en realidad aquello que experimentamos.
La Fe, no sólo la cristiana, nos presenta la muerte como un despertar, como un atravesar una puerta, como un renacer...Y mira por dónde, la ciencia que para algunos significa la muerte de toda religión y espiritualidad, con la física cuántica y la teoría de cuerdas; diciendo que somos energía y ecuaciones de onda, deja la puerta abierta a que tras la muerte, esa energía y esas ecuaciones de onda puedan repetirse en otro mundo...
Pero no creo que haga falta adentrarse en la filosofía y la ciencia, para dar un sentido a la muerte.
Hoy recordamos todos a personas que han marcado nuestra vida, que han sido importantes para que ahora seamos lo que somos. Y todos, en mayor o menor grado, tenemos la experiencia de que esas personas no nos han abandonado, han seguido junto a nosotros.
Me ha tocado estar al lado de muchas personas en el momento de dar su último suspiro. He seguido sus últimos meses de vida. Siempre admiraré su paz, la serenidad con la que han afrontado esos momentos. Para mi, esa es la mayor prueba de que no todo acaba aquí. En esos momentos ya no valen mentiras, ni caretas, ni imaginaciones...Esas personas veían ya esa puerta abierta y no les daba miedo...
Cuando era joven, recuerdo que a una profesora compañera de trabajo, se le murió la abuela. Aquella señora dejó prescrito, que después de su entierro se hiciera una gran fiesta en su casa. Ella había sido una persona muy alegre. Dijo: quiero que al morir sigáis estando lo más alegres que yo hubiera querido. Y, al fin y al cabo, yo me voy a la alegría eterna. Y así se hizo. Asistí a aquella fiesta, y siempre recordaré la mezcla de lágrimas y risas entre los familiares más cercanos.
Así debe ser. Es lógico que lloremos, porque perdemos la presencia física de aquella persona. Pero a la vez hemos de compartir que se ha adentrado en la gran alegría eterna. Morir es entrar en la verdadera vida, hacerse Uno con Dios...Y, la ciencia no nos lo niega, un día la energía y las ecuaciones de onda se volverán a unir y harán que volvamos a ser en otro mundo, que es la resurrección...Jesús ya nos lo dijo hace dos mil años sin tanta ciencia ni filosofía...
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Ayer quise dejaros este vídeo. Cosas de la informática se borró. Como ambas fiestas van muy unidos os lo dejo hoy.
martes, 1 de noviembre de 2011
LA FIESTA AL CRISTIANO DESCONOCIDO
"Al ver la multitud, Jesús subió al monte y se sentó. Sus discípulos se le acercaron, y él comenzó a enseñarles diciendo:
- Dichosos los que reconocen su pobreza espiritual, porque suyo es el reino de los cielos.
Dichosos los que sufren, porque serán consolados.
Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra que Dios les ha prometido.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán satisfechos.
Dichosos los compasivos, porque Dios tendrá compasión de ellos.
Dichosos los de corazón limpio, porque verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos.
Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque suyo es el reino de los cielos.
Dichosos vosotros, cuando la gente os insulte y os maltrate, y cuando por causa mía digan contra vosotros toda clase de mentiras. ¡Alegraos, estad contentos, porque en el cielo tenéis preparada una gran recompensa!"
En muchos países existe el monumento al soldado desconocido. Dieron su vida por la patria y fueron ellos los que realmente defendieron a su país, no los generales y los gobernantes.
Los cristianos tenemos esta Fiesta en la que queremos acordarnos de Todos los Santos. Los beatificados y canonizados tienen cada uno su día. Todos los cristianos estamos llamados a ser santos. Y ser santo significa esforzarse por vivir el evangelio, por seguir a Jesús. La Iglesia, al hacernos meditar hoy el evangelio de las Bienaventuranzas, nos señala claramente quienes son los santos: Los pequeños, los sencillos, los humildes. Aquellos para los que el dinero no es lo más importantes. Quienes son capaces de llorar, sufrir, por amor a los demás. Los que han intentado hacer de este mundo un lugar más justo. Los que saben sufrir con los otros, que eso es ser compasivo, y los que han sabido mirar la vida con ojos puros, sin malicia, sin condenar a los demás. Los que lucharon por la paz y los que fueron perseguidos por llevar a cabo todas estas cosas, que, conscientemente o no, esto es seguir a Jesús.
En este día hemos de recordar esas madres que han dejado su vida junto al lecho de sus hijos enfermos. Esas personas que en el Tercer o el Cuarto mundo, han derramado su sangre gota a gota, día a día por atender a los más desfavorecidos. Esa multitud de personas que nunca serán canonizadas, porque nuestros criterios van por otros derroteros.
Con los años hemos unido esta fiesta a la de los Difuntos. Porque muchos de nuestros difuntos son ahora esos santos anónimos, que nos ayudan y dan fuerzas para seguir luchando en esta vida. Son dos fiestas entrañables, que nos quieren ahogar con esa estupidez del Halloween (o como se escriba).
Hoy es un día para sentirnos orgullosos. Para tener fe en este mundo, pese a la maldad que nos rodea. Aunque no salgan en los periódicos ni los entrevisten en la tele, estamos rodeados de multitud de personas que, con todos sus defectos humanos, intentan vivir las bienaventuranzas, aunque no las conozcan. Personas que siguen cada día a Jesús, aunque ellas crean estar lejos de Él. Porque algunos les hemos dado una imagen falsa, si no los hemos alejado de Él. Esas personas pasarán un día a engrosar la multitud de Todos los Santos...
lunes, 31 de octubre de 2011
EL ANACORETA Y EL OJO DE DIOS
El joven seguidor enseñó al Anacoreta la fotografía de la galaxia Helix, que por su aspecto y al encontrarse en el espacio, se la conoce con el nombre del Ojo de Dios.
El anciano la contempló durante un buen rato y luego dijo:
- Cuando era pequeño, nos representaban a Dios como un triángulo con un ojo dentro. Nos daba miedo. No era una imagen bella, y además, la acompañaban con la frase: "¡Cuidado! Dios lo ve todo, Dios te está mirando". Esa idea de Dios ha hecho mucho daño. De entrada nos introducía en la idea de un Dios presto a castigar nuestro más pequeño fallo. A medida que crecíamos, como veíamos que no ocurría nada, concluíamos que, o Dios no existía, o estaba allá en su cielo y nosotros le importábamos un bledo.
Volvió a mirar la imagen, luego, sonriendo, prosiguió.
- Hasta el día que en el Oficio encontré el salmo 79 y leí: "Haznos ver la luz de tu mirada (la claridad de tu rostro) y nos salvaremos."
Miró a los ojos del joven y concluyó:
- La mirada de Dios es salvadora. Los ojos de Dios son del color del amor, de la misericordia...Así miraba Jesús a las personas...Sí. Me gusta este ojo en el cosmos...
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