viernes, 2 de marzo de 2012

A MAL TIEMPO BUENA CARA


A mal tiempo buena cara, es lo que vino a decir Jesús a sus discípulos, cuando les recomendó que al ayunar y hacer penitencia no lo hicieran como los fariseos que hacían todo lo posible para que todo el mundo se enterara. Vamos, que hacían penitencia para la galería. 
O sea, que si en un tiempo del año hemos de estar risueños y alegres, es en Cuaresma. Por eso hoy se me ocurre contaros una historia divertida:
"En una universidad USA daban clase un sacerdote católico, un pastor evangelista y un rabino judío. Eran buenos amigos y solían tomar café juntos. En una de esas reuniones, hablando de las dificultades que encontraban en la pastoral con los estudiantes, llegaron a la conclusión que lo verdaderamente difícil sería convertir a un oso. Así que se emplazaron a ver quién de ellos era capaz de hacerlo.
Al cabo de unos días se volvieron a encontrar. El sacerdote estaba lleno de grandes arañazos y llevaba toda la ropa hecha jirones. Se explicó así:
- Entré en el bosque. Cuando topé con el oso empecé a leerle el catecismo, pero él se abalanzó sobre mí y empezó a darme zarpazos. Por suerte pude sacar agua bendita y rociarle. Quedó manso como un corderito. Así que de aquí tres semanas vendrá el obispo a bautizarlo.
El pastor evangélico llevaba un brazo y una pierna escayolados. Contó:
- Entré en el bosque. Cuando me encontré con el oso empecé a proclamarle la Palabra. Pero él se abalanzó sobre mí. Luchamos montaña arriba, montaña abajo, montaña arriba, montaña abajo...hasta que caímos en un riachuelo. Aproveché para bautizarlo por inmersión. Quedó manso como un cordero.
El pobre rabino judío estaba en una camilla, escayolado de pies a cabeza. Con un hilo de voz dijo:
- Está claro que empezar por la circuncisión no fue una buena idea...

jueves, 1 de marzo de 2012

EL ANACORETA Y EL HOMBRE QUE SE CREÍA INÚTIL


El visitante llevaba autoflagelándose un buen rato. Que si él era inútil y no servía para nada, un fracasado, un desastre...Que todo le salía mal y todo lo estropeaba. Que nadie lo valoraba ni lo tenía en cuenta...El Anacoreta le dejó hablar sin interrumpirlo. En un momento de pausa, el anciano se levantó, se dirigió a una estantería, removió entre unas carpetas buscando algo.
- Hace años copié un texto de Michel Quoist que creo te ayudará. Aquí está...
Y se lo entregó. El hombre leyó en voz alta:
-"Si la nota dijera: una nota sola no crea música, no existiría la sinfonía.
Si la palabra dijera: una palabra no forma una página, no existiría el libro.
Si una piedra dijera: una piedra no hace pared, no existiría la casa.
Si una gota dijera: una gota no hace río, no existiría el océano.
Si el grano de trigo dijera: un grano no forma un campo, no habría cosecha.
Si el hombre dijera: un gesto de amor no salvará la humanidad, nunca habría justicia, ni paz, ni dignidad, ni felicidad en la tierra de los hombres.
De la misma manera que la sinfonía necesita cada nota,
de la misma manera que el libro necesita cada palabra,
de la misma manera que la casa necesita cada piedra,
de la misma manera que el océano necesita cada gota de agua,
de la misma manera que la cosecha necesita cada grano de trigo,
la humanidad entera TE necesita a TI, allí donde estés, único, insustituíble." (Michel Quoist)
Y regresó agradecido a su casa...

miércoles, 29 de febrero de 2012

EL ANACORETA Y EL PASADO


Aquella mujer sufría por su pasado. Siempre se lamentaba de lo que había hecho y lo que había dejado de hacer. De sus errores y fracasos, pero también de que lo bueno había pasado ya. El Anacoreta la hizo sentar, le sirvió un café con leche con galletas y le dijo:
- Hija mía has de asumir tu pasado, lo bueno y lo malo. Los triunfos te han hecho vivir y crecer. Los fracasos te han de servir de experiencia. Mirar hacia atrás ha de ayudarte a ser prudente, pero a seguir caminando hacia delante. 
La miró con ternura y añadió:
- Has de reconciliarte con tu pasado. Los remordimientos sólo sirven para paralizarnos. Has de cerrar tus heridas. Y eso sólo se consigue perdonando y, sobre todo, perdonándote...
Luego concluyó:
- Sólo aceptándote con tus virtudes y tus defectos; sólo asumiendo tus fracasos y tus éxitos, podrás seguir viviendo feliz y creciendo cada día... 

martes, 28 de febrero de 2012

MOTIVOS DE FELICIDAD...


"Si hoy te has levantado sin dolor y sano, eres más afortunado que millones de personas que hoy están enfermas, que esta semana no sobre vivirán.

Si no vives en un país en guerra, si no estás en la cárcel, ni vives con miedo a la tortura, entonces, eres más afortunado que quinientos millones de personas.

Si puedes ir a la iglesia, al Templo o seguir tus creencias sin que te persigan, tienes más suerte que tres millones de personas en este planeta.

Si tienes comida en la nevera, ropa en el armario, un techo para vivir y una cama para dormir, eres más rico que el 75% de la población mundial.

Si tienes unos ahorros y dinero en el bolsillo, ya formas parte del 10% más rico de este mundo.

Si has visto a tus padres envejecer juntos, tienes mucha suerte.

Si en tu rostro luce la sonrisa y eres agradecido por todo, eres bienaventurado, porque la mayoría de la gente puede hacerlo y no lo hace.

Si puedes leer este texto, eres mucho más afortunado que más de dos millones de personas que no saben leer.

Si puedes dar la mano a alguien y abrazarlo, alégrate, porque la felicidad ya es muy grande..."

(Traducido del Full Informatiu de la Comunitat Cristiana del Monestir de Sant Pere de les Puel.les, Hermanas Benedictinas. Ignoro el nombre del autor o autora)
Y es que cada día tenemos muchos motivos para ser felices y dar las gracias... 

lunes, 27 de febrero de 2012

LA IGLESIA ESTÁ COMO UNA REGADERA


¡Que nadie se asuste! No es un insulto, sino una imagen preciosa. El otro día me pasaron un estupendo escrito de Mario Cervera con este título. Como es demasiado largo para colgarlo como un post, intentaré hacer un resumen lo más fiel posible.
"Una regadera es un recipiente portátil para regar, compuesto por un depósito del que sale un tubo terminado en una boca con orificios por donde se esparce el agua.
De la misma manera la Iglesia ha de ser móvil, que llegue a todos los lugares. Su misión es regar de fe, dar vida a nuestro  mundo. Esa vida, fe, esperanza y caridad, es lo que se guarda en el depósito (¡qué mal entendemos eso del depósito de la fe). Tiene mecanismos, acciones para que pueda salir el agua de la fe. Tiene agujeros. Son ellos los que le hacen dar vida. Sin agujeros no hay regadera.
La única forma de que la Iglesia, como "buena regadera", sea eficaz, es por sus agujeros.
. El agujero del "no poder". La Iglesia ha de ser humilde. Reconocer que no es totipotente, sino humilde servidora del Evangelio, no predicarse a sí misma.
. El agujero del "no tener". Su única riqueza ha de ser el Evangelio y la riqueza humana de sus miembros. Sin tronos,dominaciones, principados, potestades...Eso la une a los pobres de la tierra.
. El agujero del "no saber".Ha de reconocer que no o sabe todo. Que puede haber mucho humano en lo que lleva tiempo atribuyendo a Dios. Dios la asiste como Él quiere(desde el silencio) y no como ella dice, con proclamaciones a golpe de decreto. El agua viva pasa por el no tener las cosas claras y no hablar con rotundidad y de manera absolutista.
. El agujero del "no ser". Ella no es Dios, ni es una prolongación de Dios. No se considera salvadora de la humanidad, ni el depósito de la verdad y la salvación. No se autoproclama infalible, divina. Reconoce su fortaleza en su debilidad.
. El agujero del "no hacer". No actúa en su propio nombre. No corta la cizaña, no intenta controlar, no manipula. No mete a Dios en todo. Cree que Él ya está metido en todo sin nuestra acción.Esto le hace ser humilde en su acción, en su presencia discreta.
- El agujero del "no querer". No quiere que todos la adoren, la idolatren, la aplaudan. Sabe que a Dios le gusta la diversidad, el espectro de colores, la espontaneidad y locura del espíritu. No quiere uniformar demasiado el culto, la doctrina, las estructuras.
En realidad estos agujeros son un deseo. Ojalá el mundo pueda decir de ella: "¡La Iglesia está como una regadera!", pero no por declaraciones ridículas e insistencias peregrinas, sino por porque está sanamente loca, loca por Cristo y por los seres humanos.
Ojalá la Iglesia no esté como una regadera, sino que SEA una regadera. Llena de agujeros, pero de los buenos.
¡Seamos una regadera en este mundo!" 
Quizá el texto es más un deseo que una realidad. Pero para todos aquellos que amamos nuestra Iglesia, con sus virtudes y sus defectos, un reto, una meta a conseguir.

domingo, 26 de febrero de 2012

EL DESIERTO



"Después de esto, el Espíritu llevó a Jesús al desierto. Allí vivió durante cuarenta días entre las fieras, y fue puesto a prueba por Satanás; y los ángeles le servían.
Después que metieron a Juan en la cárcel, Jesús fue a Galilea a anunciar las buenas noticias de parte de Dios. Decía: 
- Ha llegado el tiempo, y el reino de Dios está cerca. Volveos a Dios y aceptad con fe sus buenas noticias."  

Cada año empezamos la Cuaresma con el relato de las tentaciones de Jesús en el desierto. Marcos, el evangelista que leemos en el ciclo B, es el más escueto en su relato. Pero nos da tres pistas muy importantes.
Ya sabemos el simbolismo que tiene el desierto y la cifra cuarenta: tiempo de prueba, tiempo de lucha. Son los cuarenta años que el Pueblo ha de pasar antes no entre en la Tierra Prometida. Para Jesús esos cuarenta días le enfrentan a todo aquello que intenta apartarlo de su misión. Lo enfrenta con el mal.
Marcos apenas se detiene en contarnos lo ocurrido, pero nos dice tres cosas esenciales:
. Quien conduce a Jesús al desierto es el Espíritu. No cualquier soledad, cualquier silencio, cualquier tiempo de penitencia es válido. No hemos de ir al desierto por capricho nuestro. Es el Espíritu quien ha de conducirnos para que nos sea de provecho, para que nuestro retiro no sea mero egoísmo, regodearse en una paz artificial, huir de la realidad...
. El desierto es tiempo de prueba; tiempo para enfrentarnos con el mal. Es el momento de enfrentarnos con nuestra "sombra", con nuestras partes oscuras, con lo negativo que hay en nosotros. Pero a Jesús los ángeles le servían. No estaba solo. En nuestros tiempos de prueba hemos de saber mirar a nuestro alrededor. Veremos "ángeles" que nos confortarán. Siempre encontraremos a alguien que nos tenderá una mano. Es más, hemos de buscar esa mano, ese consejero, que nos ayude a enriquecernos en la prueba.
. Al salir del desierto la vida de Jesús ha cambiado totalmente y empieza a predicar la Nueva Buena. Tras nuestro desierto el tiempo ha de dejar de ser "chronos", un tiempo para aprovechar, un tiempo fugaz, para pasar a ser "kairós": el tiempo oportuno. El presente pleno. Más adelante Jesús nos dirá, que esa Buena Nueva es la de que los cojos andan, los ciegos ven, el oprimido es liberado. A eso debemos dedicar nuestro presente: a luchar por la justicia y hacer que el verdadero Amor reine en la Tierra...