La clase a la que ayudaba era una de las más complicadas. Sólo tenia cinco alumnos, pero con grandes deficiencias. Estuve todo el voluntariado en ella y además cada semana asistía también otro voluntario.
El profesor se ingeniaba con un muñeco para captar la atención de los niños. Las fotos corresponden a dos clases diferentes. Una sobre la dentadura y su cuidado. La otra para aprender a diferenciar las diferentes texturas de los objetos. Como podéis ver, eran clases adaptadas a sus necesidades y en que lo más importante, era que aprendiesen a relacionarse, a captar las cosas y compartir con los compañeros.
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