La cartujas, normalmente, sólo puede visitarse por el exterior y la capilla. Yo no sé que suerte tuve, pero a los 12 años, en una excursión con la clase, pudimos entrar dentro de Montalegre y nos lo enseñaron todo y asistimos a Vísperas con los monjes. Fue tan grande la impresión, que allí considero el inicio de mi vocación religiosa. Y he de confesor, que voy cada año una semana a Poblet, porque los cartujos no permiten estancias en Montalegre, si no es para estudiar la vocación.
El año 1266 se inició la vida cartujana en San Pol, en la costa, en el Maresme y en 1345 se fundó la cartuja de Vallparadís en Terrassa. El 18 de febrero de 1415 se adquirió una ermita en el término de Montalegre y el 24 de septiembre las dos comunidades de Sant Pol y de Vallparadís se unifican en una sola cartuja de Montalegre. Entre 1892 y el 1902 se amplió y quedó el edificio como se encuentra actualmente.
La vida de cartujo es de ermitaño en comunidad. Si observáis la construcción, está formada por casitas adosadas, la celda de cada cartujo, y un refectorio común que se emplea algunos días y la capilla, donde se reza en común Maitines, Laudes, la Santa Misa y Vísperas. Cada celda tiene un pequeño taller y un jardincillo o huerta, para que el monje haga ejercicio física. Un día a la semana salen de paseo por los alrededores. El resto de su vida permanecen en silencio.
Bon día Joan Josep:
ResponderEliminarGràcies per compartir aquestes fotogtrafías.
S´ha de tindre molta vocació oi?, sobretot per mantindres en silenci.
Una abraçada, Montserrat