Pedid y Dios os dará, buscad y encontraréis, llamad a la puerta y se os abrirá. Porque el que pide recibe, el que busca encuentra y al que llama se le abre.
¿Acaso alguno de vosotros sería capaz de darle a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿O de darle una culebra cuando le pide un pescado? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en el cielo las dará a quienes se las pidan!
Así pues, haced con los demás lo mismo que queréis que los demás hagan con vosotros. Esto es lo que mandan la ley de Moisés y los escritos de los profetas.
Jesús nos dice que pidamos; pero debemos saber pedir. Debemos saber que Dios nos concederá aquello que es mejor para nosotros. Y no siempre es lo que nosotros creemos que es lo mejor. Dios es nuestro Padre; por eso nos dará lo que realmente nos hace bien.
Además, si queremos que Dios nos conceda lo que le pedimos, también nosotros debemos dar a los que nos piden.
No hay comentarios:
Publicar un comentario