La madre y los hermanos de Jesús acudieron a donde él estaba, pero no pudieron acercársele porque había mucha gente. Alguien avisó a Jesús:
– Tu madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren verte.
Él contestó:
– Los que oyen el mensaje de Dios y lo ponen en práctica, esos son mi madre y mis hermanos.
María es modelo para nosotros. Ella escuchaba y guardaba todo lo que veía de Jesús en su corazón. Ella exclamó "hágase en mi según tu palabra". Se declaró esclava del Señor. Siempre cumplió su voluntad.
Nosotros debemos hacer lo mismo y seremos los hermanos de Jesús. No sólo escuchar su Palabra, sino también ponerla en práctica. Actuar como Él actuó.
"(...) Nos resulta algo extraño, escandaloso incluso, que la verdadera madre de Jesús, María, se encuentre “fuera” del círculo, en la periferia. En realidad, no sabemos con precisión cómo mantuvo Jesús su relación con su madre durante su vida pública. Es de suponer que María siguió viviendo en Nazaret, con sus familiares más cercanos y por eso se encuentra con ellos. Lo que no suponemos, y sí sabemos, porque el mismo Lucas nos informa, es que María acogió en fe la palabra de Dios sin reservas: “hágase en mí según tu palabra”; que esa palabra se encarnó en su seno, y que por ella esa Palabra hecha carne puede ser escuchada por todos. María es para todos el ejemplo perfecto de lo que significa escuchar, acoger y poner en práctica la palabra de Dios. Escuchando y poniendo en práctica la palabra de Dios nos hacemos parecidos a Jesús, hermanos suyos; pero, al encarnar esa palabra, nos hacemos también parecidos a María, su madre."
(José María Vegas cmf, Ciudad Redonda)
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