jueves, 26 de junio de 2025

CONSTRUIR SOBRE JESÚS

 


No todos los que me dicen ‘Señor, Señor’ entrarán en el reino de los cielos, sino solo los que hacen la voluntad de mi Padre celestial. Aquel día muchos me dirán: ‘Señor, Señor, nosotros hablamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros.’ Pero yo les contestaré: ‘Nunca os conocí. ¡Apartaos de mí, malhechores!
Todo el que oye mis palabras y hace caso a lo que digo es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos contra la casa; pero no cayó, porque tenía sus cimientos sobre la roca. Pero todo el que oye mis palabras y no hace caso a lo que digo, es como un tonto que construyó su casa sobre la arena. Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos, y la casa se derrumbó. ¡Fue un completo desastre!
Cuando Jesús acabó de hablar, la gente estaba admirada de cómo les enseñaba, porque lo hacía con plena autoridad y no como sus maestros de la ley.

La verdadera espiritualidad no se basa solamente en rezar y creer que actuamos en nombre de Jesús. Debemos tener una base sólida. Y esta base sólida es la Voluntad del Padre. Debemos preguntarnos cada día, en cada momento qué es lo que Dios quiere de nosotros. Qué haría Jesús en nuestro lugar. Construir sobre la voluntad del Padre es construir sobre roca. Es construir sobre Jesús

"Existe una religiosidad “perezosa”, que sólo se mantiene en una apariencia de piedad cuando todo va bien, pero que se hunde en la dificultad. Elevar la mirada a Dios y pedirle sinceramente su ayuda significa escuchar su Palabra, acogerla y ponerla en práctica. Y esto supone tomar decisiones difíciles, escoger el camino empinado y entrar por la puerta estrecha, porque todo esto implica tomar sobre sí la Cruz, adoptar como norma de la propia vida el mandamiento del amor, del perdón, de la respuesta al mal con el bien. Solo así, tratando de vivir como vivió Él (cf. 1 Jn 2, 6) nos convertimos en verdaderos discípulos suyos, que construyen sobre roca y son capaces de mantenerse fieles también en los malos momentos, en las circunstancias (personales y sociales) adversas. Y sólo así conseguimos invertir el sentido de la historia y de los acontecimientos, convirtiendo el mal que nos rodea y parece triunfar en historia de salvación, en acontecimiento de gracia, para el bien de los que lo aman, y, por medio de ellos, para el bien de todos, puesto que por todos ha muerto y resucitado el Señor."
(J.M.Vegas cmf, Ciudad Redonda)

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