miércoles, 21 de marzo de 2018

LIBRES O ESCLAVOS


"Jesús dijo a los judíos que habían creído en él:
– Si os mantenéis fieles a mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. 
Ellos le contestaron:
– Nosotros somos descendientes de Abraham y nunca fuimos esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú que seremos libres?
Jesús les dijo:
– Os aseguro que todos los que pecan son esclavos del pecado. Un esclavo no pertenece para siempre a la familia, pero un hijo sí pertenece a ella para siempre. Así que, si el Hijo os hace libres, seréis verdaderamente libres. Ya sé que sois descendientes de Abraham, pero queréis matarme porque no aceptáis mi palabra. Yo hablo de lo que el Padre me ha mostrado, y vosotros hacéis lo que vuestro padre os ha dicho.
Dijeron ellos:
– ¡Nuestro padre es Abraham!
Pero Jesús les respondió:
– Si de veras fuerais hijos de Abraham, haríais lo que él hizo. Pero a mí, que os digo la verdad que Dios me ha enseñado, queréis matarme. ¡Y eso nunca lo hizo Abraham! Vosotros hacéis lo mismo que vuestro padre.
Dijeron:
– ¡Nosotros no somos unos bastardos! ¡Nuestro único padre es Dios! 
Jesús les contestó:
– Si Dios fuese de veras vuestro padre, me amaríais, porque yo, que estoy aquí, vengo de Dios. No he venido por mi propia cuenta, sino que Dios me ha enviado." 

Jesús nos hace libres, pero los judíos no lo entendieron y, nosotros, seguimos sin entenderlo. Creemos que ser libres es tener poder para poder hacer lo que queramos. Sin embargo, la sociedad nos hace cada día más esclavos. Nos ata a la moda, al dinero, a la fama...Nos hace egoístas. Y esto es precisamente ser esclavos. Nos hace ser esclavos de nosotros mismos.
Jesús nos hace libres, porque nos lleva a Dios. Seguirlo es amar, es ser comprensivo, es saber perdonar. Ahí está la verdadera libertad.




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