sábado, 10 de marzo de 2018

DOS ACTITUDES


"Jesús contó esta otra parábola para algunos que se consideraban a sí mismos justos y despreciaban a los demás:
- Dos hombres fueron al templo a orar: el uno era fariseo, y el otro era uno de esos que cobran impuestos para Roma. El fariseo, de pie, oraba así: ‘Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás: ladrones, malvados y adúlteros. Ni tampoco soy como ese cobrador de impuestos. Ayuno dos veces por semana y te doy la décima parte de todo lo que gano.’ A cierta distancia, el cobrador de impuestos ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: ‘¡Oh Dios, ten compasión de mí que soy pecador!’ Os digo que este cobrador de impuestos volvió a su casa perdonado por Dios; pero no el fariseo. Porque el que a sí mismo se engrandece será humillado, y el que se humilla será engrandecido."

En esta parábola Jesús contrapone dos tipos de personas: el fariseo, que cumplía escrupulosamente los 613 mandamientos y un recaudador de impuestos, que además de abusar de los demás corruptamente, era un aliado del invasor.
Jesús no nos está diciendo que es mejor ser un pecador que un observante escrupuloso de la ley. Jesús se fija en las actitudes. El fariseo reza desde una posición de orgullo: YO no soy como los demás. El publicano reza desde la humildad del que se siente pecador, pide perdón y quiere cambiar, quiere convertirse.
El fariseo era un gran cumplidor, pero le faltaba el Amor. Lo meditábamos ayer: una religión sin amor no es auténtica, no nos lleva a Dios. Nos encierra en nuestro ego.
El cobrador de impuestos se dirige con amor a Dios. Confiaba en Él y esperaba su perdón.
Uno fue justificado y el otro no. ¿Cuál de los dos se parece más a nosotros?  

1 comentario:

  1. Pare Nostre...sigui santificat el teu Nom, vingui a nosaltres el teu Regne... i no ens deixis caure en la temptació, ans deslliurans de qualsevol mal. Amén.

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