Es muy tarde. Bueno, para mí es muy tarde. Esta es mi entrada del domingo. Estaré fuera de casa hasta la noche; por eso os hago ahora la entrada. Esta mañana ha muerto uno de mis ancianos de Cambrils, Ramón (Gloria y Soqui, el del peluquín que parecía Calimero, ¿lo recordáis?). Tenía 97 años. Parecía que no tenía ningún problema de salud y...ha querido vivir la Transfiguración, el evangelio de este domingo. Estuvo muchos años en el mismo colegio, un pueblo junto a Barcelona. Ya hace unos años, el ayuntamiento, comunista, le nombró hijo adoptivo de la población. Para las personas buenas no hay ni barreras, ni ideologías ni partidos.
Hoy, cinco comunidades de Barcelona nos hemos reunido para hacer una "calçotada". Primero media hora de oración en nuestra capilla presidida por Jesús Resucitado. He pensado en las entradas que hace últimamente un amigo en internet. Como no me lee, puedo comentarlo libremente. Habla de las vocaciones. Que si unos seminarios están llenos y otros vacíos. Que si los religiosos de siempre nos quedamos solos...Sí. No somos todo lo austeros que deberíamos ser. Ya lo se. Mi Cueva es un hotel de cinco estrellas. Sólo olvidamos un detalle. Las vocaciones no dependen de nosotros, sino que son un don de Dios. Y lo importante no es el número, lo que se diga de nosotros, el poder, sino lo fieles que somos a Cristo. Y ni él ni yo, somos nadie para juzgar a nadie. Simplemente no sabemos el amor de Dios que se encierra en el corazón de cada uno. Hay monjas de clausura que no caben en su monasterio...Hay otras, igualmente austeras y fieles a su vocación, que sólo son cuatro ancianas. ¿Quienes somos nosotros para juzgar?
Esta tarde he visto una película preciosa. Un DVD de nuestro departamento de pastoral que está en el primer piso de mi casa. Mi presupuesto, si quiero comprar libros, no me llega para ir al cine. "El color del paraíso". Una película iraní de Majid Majidi de una belleza y espiritualidad impresionante. La historia de un niño ciego en Irán. Me importa un pimiento lo que puedan pensar algunos. Vuelvo a afirmarlo: EN TODAS LAS RELIGIONES HAY QUIEN ENCUENTRA A DIOS Y LO HACE CENTRO DE SU VIDA. ¿Sabéis por qué? Allí donde hay humanidad; allí donde se sabe encontrar, vivir el dolor del hombre, allí se encuentra a Dios. ¿Sabéis por qué han vuelto a retirar el libro de Pagola? Porque allí se nos muestra al Jesús hombre. Al Dios Hombre; que es el único que nosotros podemos conocer. Porque a Dios nadie lo ha visto. Ese Dios es el único que nos puede hacer hermanos. Ese Dios desmonta la supremacía de unos sobre otros. Ese Dios molesta a los que quieren dominar.
Bueno. Ahora os quería comentar el evangelio de la Transfiguración y ya me he alargado demasiado. Pero quizá ya lo he comentado. Jesús se Transfigura ante sus discípulos. Pedro se quiere quedar allí. El Padre dice: "Este es mi Hijo, el escogido. Escuchadle". Y nos dice el texto: "Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo." En la Pasión oirémos las últimas palabras de Jesús: "Padre, por qué me has abandonado". Lo siento, pero ese es el verdadero Jesús. El que el Padre deja solo. El que sufre. El incomprendido. El abandonado. El insultado... "Este es mi Hijo amado". No el que triunfa, el poderoso, el que domina. El niño de la película, dirigida por un musulmán, se pregunta por qué Dios le ha hecho ciego y así no puede verle. El profesor le ha dicho que a Dios no se le ve con los ojos. Desde ese día él intenta verlo con sus otros sentidos: en el canto de los pájaros, en las piedras del río, en las plantas...En el Otro. No en el poder, las multitudes, los grandes templos.
Pero no me hagáis mucho caso. Ayer recibí siete anónimos llamándome hipócrita. Que predico lo que no cumplo. Es verdad. Por eso hace años que intento rezar con la oración que practicaban los anacoretas del desierto: "Señor Jesús, ten piedad de mí, que soy un pobre pecador."