Una de las luchas en las que nuestra sociedad cree haber vencido, es la de la conquista de la autonomía de la persona, frente a todas las formas de autoridad, incluso la divina. Pero esto nos ha traído una consecuencia nefasta: hemor perdido nuestras raíces y nos sentimos perdidos. La tentación para algunos es la marcha atrás y se vuelven a hacia un Dios agarradero, tapagujeros, intimísimo, que les separa del mundo, que les livera de su angustia existencial.
Pero, realmente, la autonomía de la persona es una gran conquista y de lo que se trata es de buscar la manera de integrarla con la autoridad de Dios.
Hemos de empezar por considerar a Dios como un Padre, pero no el padre castrador que nos muestra Freud, sino un padre adulto que se alegra de corazón con la autonomía de su hijo. Evidentemente la Fe también nos llevará hacia el Dios Creador y Señor, el padre Absoluto. Para que ese Dios no entre en conflicto con nuestra autonomía, sólo cabe el mantener con Él una relación afectiva.
¿Cómo relacionarnos afectivamente con Dios? Si queremos que esa realación no sea falsa o incompleta, la hemos de realizar a dos niveles:
- Mediante la experiencia de Dios vivida a través de todo lo humano: Ver a Dios en el Hombre. Amar a Dios a través del amor al Hombre.
- Mediante la experiencia de Dios en la intimidad. Es decir, mediante el recogimiento, el silencio, la oración, las ceremonias litúrgicas. Lo que podríamos denominar espacio y tiempo sagrado.
Para que nuestra experiencia de Dios sea completa debe tener las dos vertientes: "en" el mundo y "más allá del" mundo. Si nos quedamos solamente en la primera experiencia, Dios pasa a ser un símbolo, un referente para luchar por la justicia, pero nada más. Si nos quedamos en la segunda experiencia, Dios se transforma en algo íntimo que me desconecta de la realidad y de la vida.
Nuestras raíces están en un Dios que se nos hace presente en el Hombre y en una vida interior, que si está animada por la presencia de Dios, nos impulsa a salir fuera de nosotros y da sentido a todo lo que hacemos.
Nunca pueden ir separadas una cosa de la otra, perderían esa fuerza que tienen si se intentan llevar a la par, lo que me recuerda una frase latina que decía algo así como "ora et labora"
ResponderEliminarLlevo unos días "revuelta" interiormente, no se muy bien porqué...¿o sí? pero ahora mismo estoy llorando de alegría, por fin he podido hablar con una persona muy especial para mi y hemos quedado en vernos la semana que viene, casi no me lo puedo creer, es verdad lo que me habían dicho, está bien... me parece increible...
Perdona por este desahogo personal, pero es algo que me acaba de ocurrir y necesitaba compartirlo, gracias por escucharme
Hola Joan Josep:
ResponderEliminarEn el Ser que se manifiesta a través de nosotros, están y son nuestras raíces, la separación es sólo una ilusión.
Un abrazo.
No sé Joan Josep, a veces pienso que me gustaria creer en la existencia de un Dios o un ser todopoderoso que me diera la paz o la tranquilidad necesaria que muchas veces necesita el espiritu.
ResponderEliminarPero no creo en Dios, creo en las personas, en las buenas personas, y es la religión que intento inculcarle a mi hijo desde siempre, que no haga todo aquello que no le gustaria que le hicieran a él.
Pero es cierto que a veces si me gustaria encontrar una referencia o un punto de luz pero ya no sé si es mi cabezoneria, mi desencanto o tan solo mi desconocimiento el que no me deja ir mas allá.
Sabes? mi hermana tiene una relación de amistad desde hace muchos años con el Mossen Ballarin,muchas veces he estado tentada de estar en una de esas charlas, pero siempre me vuelvo atras porque tampoco sé muy bien lo que le podria decir a él o a cualquier otro religioso,donde radica mi problema con la fé, porque me siento incapaz de profundizar y sacar lo que realmente llevo dentro.
Una abraçada
Somos unicidad sobre todo y las "separaciones"no benefician a ningún comportamiento.
ResponderEliminarReflexionaré esta visión.
Besucos
Gó
Si, quizás tienes razón y mi idea sobre Dios , no es completa.Sabes que defiendo la humanidad del hombre , aunque hay veces....
ResponderEliminarMi abrazo.