"En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo. Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: 'Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan'. Jesús le contestó: 'Está escrito: No sólo de pan vive el hombre'. Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo, y le dijo: 'Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo'. Jesús le contestó: 'Está escrito: ¡Al Señor tu Dios adorarás y a él sólo darás culto'. Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: 'Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: 'Encargará a los ángeles que cuiden de ti', y también: 'te sostendrá en sus manos, para que tu pie no tropiece en las piedras'. Jesús le contestó: 'Está mandado: No tentarás al Señor tu Dios'. Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión."
El desierto es una de las figuras más ricas en simbolismo de toda la Biblia. Significa lugar de encuentro con Dios en la soledad. Lugar de penalidades y penitencia. Lugar de tentación... Aquí lo encontramos asociado a la cifra cuarenta. Pensamos inmediatamente en el Éxodo, en el Pueblo de Dios caminando en el desierto...
Este texto de hoy nos presenta nuestro camino espiritual, nuestra vida.
Primero hemos de fijarnos en el verbo llevar, utilizado en forma progresiva: "El Espíritu lo fue llevando por el desierto....". Es decir, el Espíritu lo acompañaba. Es el primer requisito para nuestra vida espiritual: dejarnos acompañar por Él. De ahí que toda espiritualidad que no está fundamentada en la oración y la meditación, corre el riesgo de ser mera ideología.
Pero, puede sucedernos que tras años de oración, de apostolado, de vivencia...nos despertemos un día cansados, secos, sin ver nada...Es la prueba, la tentación. Nadie nos dijo que nuestro camino espiritual iba a ser un camino de rosas, pero en el fondo lo creíamos. Ahora estamos ante la tentación de abandonarlo. Tentación que es diferente para cada uno:
Unos, ante la diversidad de caminos, de teorías, de doctrinas, nos encontraremos perplejos. Y se nos presentará la idea de abandonarlo todo y salirnos del desierto.
Otros, nos preocuparemos por la falta de frutos. Años trabajando y mi iglesia está vacía, mi congregación sin vocaciones, y nos asalta la tentación de tomar el camino cómodo.
Hay quienes tras años de oración, encontramos un día, que rezar no nos dice nada y pensamos en dejar de hacerlo.
También podemos creer que lo mejor es conseguir el máximo poder posible, religioso y civil, con la intención, claro, de que todos alaben a Dios y dejar el desierto para buscar la influencia en la sociedad.
Jesús responde al diablo con una cita de la Escritura. El Espíritu pondrá en nuestros labios, cada vez, la respuesta adecuada; en nuestro corazón, el sentimiento adecuado; en nuestra mente la resolución pertinente. Necesitamos esos momentos de oración. Aunque no sintamos nada. Aunque contemos, como Teresa, los clavos del zapato de quien está arrodillado delante nuestro...
Y no penséis que son cuarenta días. Es toda una vida, como lo fue para los que salieron de Egipto. Ninguno entró en la tierra prometida. Moisés sólo llegó a verla...
El desierto... muchos le temen a esa experiencia .. pero creo que todos hemos de pasarlo, todos en algun momento, nos encontramos atravesándolo, y lo bueno es salir fortalecido, lleno de energias renovadoras, sabiendo que EL jamás nos abandonará, aprendiendo a cada paso, porque nuestro encuentro con EL es algo maravilloso..
ResponderEliminarQue tengas un lindisimo domingo Joan..
besotes, Oriana..
Enamorada de la Vida!
Tienes razón, las tentaciones son muchas y para cada un@ de nosotr@s diferentes.... y en determinadas epócas cuesta tanto superarlas!!!!
ResponderEliminarEs difícil seguir cuando tu lugar de celebración, en el que recuperaste y aprendiste a vivir tu vida de fe, en el que había una comunidad que era como una falmilia, en el que todo se vivía y se compartía...........han conseguido que se diluya, que desaparezca, que no exista y solo se escucha de vez en cuando "qué pena!!!"
Si, ya se que el lugar físico no es lo principal, pero ese lugar físico estaba formado por personas y ya casi no queda ninguna en la celebración de la Eucaristía, porque el resto, todo. ha desaparecido
Perdona por este desahogo, pero es que hoy es domingo y he estado en la celebración....
Algun@s todavía tenemos suerte, tenemos nuestra comunidad para intentar pasar este desierto que nos ha tocado....
Un abrazo y feliz tarde
Joan, ya sabes que no sigo las escrituras con rigor, pero este evangelio es uno de los que más me han ayudado en la vida ante las dificultades y los momentos de duda y depresión. Desde siempre que me ha hecho pensar: si Él mismo fué tentado, pasó por todo ello y logró salir victorioso, qué mejor ejemplo para el resto de los mortales, para los que no somos nada, para los que creemos que todo lo malo solo nos ocurre a nosotros... Así, con el evangelio en mente, sentía fuerzas para no avergonzarme de mis flaquezas, aceptarlas a cara descubierta y seguir adelante intentando no caer en los mismos errores y con afán de superación.
ResponderEliminarBueno, no sé si he sabido explicarme.
Un fuerte abrazo y feliz semana nuevamente pasada por agua.
Montse
Hola Joan : Me has dejado sería,m muy sería y haciendome preguntas... Tal vez tengo... una de esas extrañas tardes de domingo en las que la nostalgia se sienta contigo en el sofa y, medio dormidsa , con el susto de que Buenos Aires está inundado ( allí esta Juan , en estos momentos), la visión de como vuelan los años, lo mucho que has amado para llegar a ... este momento presente. Lo guardado sin que nadie, más que uno mismo, le encuentre sentido.... ¿ Se llama nostalgia a todo esto?
ResponderEliminarY llegas tú y nos hablas del desierto. Y las tentaciones.
Ya no hay tiempo para dar marcha atrás... eso, es una realidad que se impone, pero, me pregunto qué, de poder hacerlo, ¿ volveria a pisar sobre mis huellas ? O ¿ tal vez elegiría un camino más facil?....
Ser o no ser ...
¿ Qué de todo aquello fueron tentaciones o decisiones acertadas ?
Nada , me salgo del jardin; hoy, no es día de meterse en podas y movimientos de suelos asentados...
Ale, y me quedo tan fresca .
Eso si, con afecto y cariño; mi abrazo y mi beso de fin de domingo.
Si ,la tentación de dejarlo todo siempre está presente y el desaliento, pienso lo que muy bién dice Oriana "EL jamás nos abandonará aprendiendo a cada paso,porque nuestro encuentro con EL es algo maravilloso."
ResponderEliminarEl desierto de mis tentaciones¡¡¡
ResponderEliminarCúanto me provoca y coinvoca el desierto en la vida en general y en la fé.
Imagino mi vida sin un segundo de "reposo"de soledad ,para sentir con los ojos cerrados.Sería como una condena.
EL desierto es como cuna que mece,a pesar de los vientos ,sed y tentaciones.
Desierto es búsqueda interior hacia el exterior.
Besucos de desiertos conquistados
Gó