Hoy la entrada es algo más larga de lo habitual. Aquí os dejo cinco oraciones por la paz, de cinco religiones diferentes. Cinco lenguas y un solo lenguaje.
ES HORA DE ROMPER CON EL ODIO
(Del judaísmo. Rabí Rami M. Shapiro)
La amenaza para nuestra salvación
es el conflicto entre nuestros pueblos,
judío y árabe;
descendientes de un mismo padre,
separados en la infancia por los celos,
en la adolescencia por el miedo,
en la madurez por el poder,
en la vejez por la costumbre.
Es hora de romper con este hábito de odio
y crear otro nuevo: un hábito del corazón
que despierte en nosotros
el amor incondicional a la redención y la paz.
DIOS, TÚ ERES PAZ
(Del Islam. Oración final del Salat)
Dios, Tú eres paz.
De Ti nace la paz y hacia Ti va la paz.
Haz que vivamos, Señor nuestro, en paz
y que lleguemos a tu paraíso,
casa de la paz.
Tuya es la majestad y la alabanza.
Nosotros escuchamos y obedecemos.
Concedenos tu perdón,
Señor,
y que podamos ir hacia Ti
PAZ, PAZ, PAZ
(Del Hinduísmo. Las Upanishads)
Llévame de la muerte a la vida,
de la mentira a la verdad.
Llévame de la desesperación a la esperanza,
del temor a la confianza.
Llévame del odio al amor,
de la guerra a la paz.
Que la paz inunde nuestros corazones,
nuestro mundo, nuestro universo.
Paz, Paz, Paz
ENSEÑANOS AMOR, COMPASIÓN Y HONOR
(Del Pueblo Ojibwa. Indios del Canadá)
Antepasado,
mira nuestra decadencia.
Sabemos que en toda la creación
únicamente la familia humana
se ha desviado del Camino Sagrado.
Sabemos que estamos divididos
y que juntos debemos volver
a recorrer el Camino Sagrado.
Antepasado,
Espíritu;
enseñanos amor, compasión y honor
para que podamos sanar la tierra
y sanarno los unos a los otros.
DANOS CONCORDIA Y PAZ
(Del Cristianismo. San Clemente de Roma)
Te suplicamos, oh Señor Dios Nuestro,
que pongas la paz del cielo
en los corazones de los hombres,
para que pueda unir las naciones
en una alianza indestructible,
en el honor de tu santo nombre.
Purifícanos con la limpieza de tu verdad
y guía nuestros pasos en santidad interior.
Danos concordia y paz a nosotros
y a todos los seres vivos de la tierra,
como se la diste a nuestros padres
que te suplicaron, con fe verdadera,
dispuestos a obedecer
al Santísimo y Todopoderoso.
Concede a los que nos gobiernan
y nos conducen en la tierra,
un recto uso de la soberanía
que les has dado.
Señor, has que sus criterios sean conformes
a lo que te es bueno y agradable,
porque, utilizando con
reverencia, paz y bondad, el poder que les has otorgado,
encuentren favor a tus ojos.
Sólo Tú puedes hacerlo,
esto y mucho más que esto.
Gloria a Ti, ahora y siempre.