El joven seguidor preguntó al Anacoreta:
- ¿Qué es mejor, la vida contemplativa o la vida activa?
El anciano miró sonriendo al joven y respondió:
- En el evangelio de ayer vimos que Jesús predicaba, curaba y oraba. Predicar y curar corresponde a la acción y orar a la contemplación.
Se detuvo un instante y luego continuó:
- Creo que cometemos un error si separamos acción y contemplación. Si predicamos sin haber meditado antes, nos predicamos a nosotros mismos, no a Jesús. Si sanamos, liberamos a los demás, pero no meditamos, nos iremos secando y utilizaremos a los otros en nuestro provecho en vez de liberarlos. Si sólo meditamos y la oración no nos lleva a anunciar la Buena Nueva ni a liberar y sanar a los otros, simplemente, nos estamos mirando el ombligo.
Volvió a detenerse y concluyó:
- Vida activa y contemplativa han de estar unidas. Claro que en unas personas una primará sobre la otra, según su vocación, pero ambas han de ir siempre unidas...
Un ejemplo son algunos de los Hermanos de la Salle, que meditan,predican y son enfermeros y cuidan con cariño de los ancianos.
ResponderEliminarUna abraçada germà, Montserrat
Y además hacer lo posible ,desde el corazón, por rescatarlas a ambas pues se alejan muy fácilmente y lo sé en primera persona.
ResponderEliminarBesucos
Gó
*Estuve algo ausente unos dias.
Suscribo las palabras de Gó, es más fácil ver cómo se alejan que conseguir rescatarlas de nuevo
ResponderEliminarUnn abrazo