Tras una ceremonia en la catedral el joven seguidor se quejaba de la profusión de ritos. El Anacoreta sonrió y dijo:
- Muchas veces, cuando criticamos los ritos, en realidad lo que queremos criticar es el ritualismo. Me explico. Los ritos son necesarios. El hombre, espontáneamente, llena su vida de ritos. Fíjate cómo cada día, ya al levantarte haces una serie de cosas iguales cada día. Los ritos no sólo son religiosos. La sociedad está llena de rituales. Y a los actos oficiales les llaman también "ceremonias". Fíjate en la entrega de los Oscar o de los Goya. En los inicios y clausuras de Olimpiadas, Mundiales de Futbol...¿Has asistido a un matrimonio civil? Se copian muchas veces los riruales religiosos...
Se detuvo unos instantes y luego prosiguió:
- Los ritos nos ayudan a captar sentidos más profundos. El problema surge cuando damos más importancia al rito en sí, que a lo que nos quiere decir. Cuando repetimos el rito sin saber ya lo que significa. Es entonces cuando caemos en el ritualismo. Y ya sabes, los "ismos" suelen ser la transformación de la idea en ideolgía. Entonces el rito ya no es símbolo y pierde todo su poder enriquecedor...
Puso una mano sobre el hombro del joven y concluyó:
- Por eso debemos esforzarnos en llenar de vida los ritos. Llenarlos de significado. Un rito que no nos ayuda a profundizar...vale más que lo eliminemos. O que nos esforcemos por darle sentido...
Una vida llena de ritos, coherentemente,asi es!
ResponderEliminarBesucos
Gó
Confieso mi vida llena de ritos, de pequeños ritos que un día dan luz y explendor y otros...pesan como losas de muerto. Hay un día en el que tomamos conciencia de lo necio del rito y la perdida de porque se realizaba.... ese día, despertamos a algo nuevo. Espero no estar dormida.
ResponderEliminarUn beso