- La sociedad anda muy revuelta - dijo el joven seguidor - No veo dónde está la solución.
El Anacoreta lo miró con simpatía y respondió:
- Sí, es verdad. Pero por malas que sean las circunstancias, siempre hemos de recordar que el amor vence la odio y que la vida vence a la muerte. Nunca debemos perder la esperanza.
El joven movió la cabeza y repuso:
- Si eso fuera tan fácil...
El anciano sonrió y añadió:
- Solos, no lo conseguiremos. Es formando comunidad que podremos lograrlo. La unión hace la fuerza. Y si esa hermandad se basa en la fraternidad y el amor, es invencible.
Un abrazo Juajo tus relatos ayudan ha meditar Maria Rosa
ResponderEliminarGràcies pels teus comentaris. Com van les coses per Vinyols? Una abraçada
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