Estuve tres años en Bohicon. En aquellos tiempos el país era una república popular marxista leninista. Nuestro colegio había sido requisado y transformado en Escuela de Magisterio, pero se respetó la residencia de los Hermanos. Es más, además de dar clase en el Seminario Diocesano de Abomey, una población a siete kilómetros, daba clases de Ciencias Naturales y Español en la escuela pública de la población, pagado por el gobierno. Cobrábamos bastante menos que los profesores nativos, pero teníamos suficiente para vivir. Al renunciar al marxismo leninismo, el presidente Mathieu Kerekou, tras una conferencia nacional, se nos devolvió el colegio.
Bohicón es un cruce de rutas con un mercado importante. En realidad Bohicon significa: el mercado de Bò. Se discute si Bò hay que traducirlo como cordero, sería el mercado del cordero, o bien es el apellido de quién comenzó el mercado.
A siete kilómetros se encuentra la población de Abomey, que fue el centro del reino antes de la colonización. Pero de Abomey hablaremos otro día.
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