Contemplaban cómo caía la lluvia tras los cristales de la ventana. El Anacoreta con voz algo triste dijo:
- En esta sociedad cada vez seguimos más las huellas de Caín.
El joven seguidor lo miró sorprendido, pero no se atrevió a preguntar nada. El anciano prosiguió:
- Cada vez olvidamos más que somos responsables de los demás. Vemos las necesidades del prójimo en la tele, en la calle, a nuestro lado...Quizá nos compadecemos un poco, pero, como Caín, creemos que no somos los guardianes de los demás.
Suspiró y concluyó:
- No nos damos cuenta de que Dios se nos revela en el rostro del prójimo.
Bona nit Joan Josep:
ResponderEliminarCiertamente en nuestra socidad reina mucho el egoismo e ir a la nuestra.
Una abraçada desde Valencia, Montserrat