PARÁBOLA (50)
Se me mostró una ostra y al abrirla descubrí que albergaba una preciosa perla. Y escuché estas palabras:
- No te quejes de tus defectos. Haz como la ostra con el grano de arena que penetró en su interior. Transfórmalo poco a poco, con amor, en una preciosa perla, en una cualidad.
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