Aquel hombre se quejaba de que todo el mundo le causaba problemas, de que se veía obligado a meterse en continuos conflictos.
El Anacoreta tras escucharlo le dijo:
- Debes reflexionar y mirar en tu interior. Muchas veces, los conflictos que nos enfrentan a los demás, no son sino el reflejo de los propios conflictos personales. Estamos descontentos de los demás, porque estamos descontentos de nosotros.
Miró al hombre a los ojos y concluyó:
- Intenta encontrar y resolver tus conflictos personales y veras como desaparecen los conflictos con los demás.
Molt bona reflexió Joan Josep.
ResponderEliminarUna abraçada