"El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres y a dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; anunciar el año favorable del Señor."
Jesús, en la sinagoga de su pueblo lee este texto. A continuación añade: "Hoy mismo se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros." ¿Consecuencia? Sus conciudadanos quieren despeñarlo por un barranco. Jesús acaba de anunciar claramente su misión: anunciar a los pobres. Devolver la vista a los ciegos. Luchar por la justicia para liberar a los oprimidos.
Durante toda la historia, hemos seguido intentando despeñar a los que han seguido el camino de Jesús: Oscar Romero, Helder Cámara, curas obreros, sacerdotes en América Latina, teólogos de la liberación, Casaldáliga, Lucía Caram...O los matamos, o los desprestigiamos y les hacemos callar.
Por desgracia, el mundo no ha cambiado.