Os dejo este poema de Thomas Merton, versión al castellano de Sonia Petisco Martínez.
"¡Si buscas una luz celestial,
yo, Solitud, soy tu maestro!
Te aventajo en el aislamiento,
madrugando extraordinarios soles
para tus amaneceres peculiares,
abriendo las ventanas
de tu más recóndito aposento.
Cuando yo, soledad, confiero mi específica seña,
¡acata mi silencio, acude adonde te llamo!
No temas, pequeña fiera, pequeño espíritu
(tú verbo y bicho),
yo, Solitud, soy un ángel
y he orado en tu nombre.
¡Observa el vacío, la oscuridad cerrada,
la luna peregrina!
Soy la hora final,
el "ahora" que corta
el tiempo como un filoso.
Soy el instante inesperado
más allá del "sí", más allá del "no",
el precursor de la Palabra de Dios.
Sigue mi camino y te guiaré
hasta soles de dorados cabellos,
discurso y melodía, deleites inocentes,
libres de interrogaciones
y de respuestas.
Pues yo, Solitud, te pertenezco por entero:
yo, Nada, soy tu Todo.
¡Yo, Silencio, soy tu Amén!"
(Thomas Merton)
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