sábado, 8 de abril de 2017

UNO POR TODOS


"Al ver lo que Jesús había hecho, creyeron en él muchos de los judíos que habían ido a acompañar a María. Pero algunos fueron a contar a los fariseos lo hecho por Jesús. Entonces los fariseos y los jefes de los sacerdotes, reunidos con la Junta Suprema, dijeron:
– ¿Qué haremos? Este hombre está haciendo muchas señales milagrosas. Si le dejamos seguir así, todos van a creer en él, y las autoridades romanas vendrán y destruirán nuestro templo y nuestra nación.
Pero uno de ellos llamado Caifás, sumo sacerdote aquel año, les dijo:
– Vosotros no sabéis nada. No os dais cuenta de que es mejor para vosotros que muera un solo hombre por el pueblo y no que toda la nación sea destruida.
Pero Caifás no habló así por su propia cuenta, sino que, como era sumo sacerdote aquel año, dijo proféticamente que Jesús había de morir por la nación judía, y no solo por esta nación, sino también para reunir a todos los hijos de Dios que se hallaban dispersos. Desde aquel día, las autoridades judías tomaron la decisión de matar a Jesús.
Por eso, Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se marchó de la región de Judea a un lugar cercano al desierto, a un pueblo llamado Efraín. Allí se quedó con sus discípulos.
Faltaba poco para la fiesta de la Pascuas de los judíos, y mucha gente de los pueblos se dirigía a Jerusalén, a celebrar antes de la Pascua los ritos de purificación. Andaban buscando a Jesús, y se preguntaban unos a otros en el templo:
– ¿Qué os parece? ¿Vendrá a la fiesta, o no?"

Los fariseos y los sacerdotes deciden matar a Jesús. Tienen miedo de los romanos. En realidad no esperan al Mesías. Les es más cómodo seguir en su posición de privilegio, que comprometerse por su pueblo. Por eso Caifás dice que es mejor que muera un solo hombre por el pueblo...Sin saberlo, nos está dando el núcleo del cristianismo: Jesús muere por todos los hombres. Su muerte, la semilla de su amor, produce el fruto de la VIDA. La muerte de un solo hombre, Jesús, es VIDA para todos los demás. 
Mañana, con el domingo de Ramos se precipitarán los acontecimientos. El Sanedrín se saldrá con la suya y Jesús morirá en la cruz; pero este no es el final. El domingo de Pascua, con su Resurrección, llenará de vida la creación entera y hará que todos seamos Hijos de Dios.  



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