Lloraba amargamente. Había puesto toda su ilusión, todas sus fuerzas en aquel proyecto y había fracasado.
El Anacoreta le dejó llorar sin interrumpirlo. Al final le dijo:
- El fracaso no es nunca el final del camino. Puede ser el inicio de un triunfo.
Y una chispa de luz se encendió en sus ojos...
Gracias, cuándo se ha fracasado, encontrar a alguién que te hable así es muy impotante, gracias.
ResponderEliminarEl fracaso forma parte de la lucha en la batalla , pero nunca es el final de la batalla. Cuando lloro porque fracaso , pido la mano a alguien para que me ayude a levantar y entonces sigo avanzando ...si nadie me ayuda , me caeré mil veces pero mi corazón me dice que mil veces tendré que intentar levantarme , quizás en alguna de ellas , cansada de tanto esfuerzo , puede ser que El me ayude a levantar y considera que no era un fracaso , solo era una prueba a superar y la he conseguido . "Estar aquí ahora escribiendo estas letras y compartiendo con todos los lectores del blog " Un saludo
ResponderEliminarLa mayoría de las veces, el fracaso es una apreciación subjetiva. El éxito está más en lo que vas aprendiendo y enseñando por el camino que en alcanzar las metas que nos ponemos.
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