Jesús dijo también a la gente: Cuando veis que las nubes aparecen por occidente, decís que va a llover, y así sucede. Y cuando el viento sopla del sur, decís que va a hacer calor, y lo hace. ¡Hipócritas!, si sabéis interpretar tan bien el aspecto del cielo y de la tierra, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo en que vivís?
¿Por qué no juzgas por ti mismo lo que es justo? Si alguien te demanda ante las autoridades, procura llegar a un acuerdo con él mientras aún estés a tiempo, para que no te lleve ante el juez; porque si no, el juez te entregará a los guardias y los guardias te meterán en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último céntimo.
Con el cambio climático, hoy no es tan fácil predecir el tiempo que va a hacer, a pesar de los medios que tenemos. Pero se nos hace también difícil juzgar lo que es bueno y lo que es malo. Los medios nos bombardean con noticias que no son del todo verdaderas y nos hacen creer como real lo que no lo es, como bueno lo que no lo es. Nunca los adolescentes han estado tan desorientados como ahora, confundiendo moda con bondad, lo más repetido con la realidad.
Debemos ser honestos y analizar nuestra vida, para separar lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto y actuar en consecuencia.
" (...) En el evangelio, Jesús nos desafía a ser personas que saben interpretar los signos de los tiempos. Nos reprocha no saber discernir lo que sucede a nuestro alrededor, aunque somos capaces de prever los cambios climáticos. Esto nos interpela: ¿sabemos reconocer las necesidades de nuestro tiempo? ¿Escuchamos lo que nos quiere decir en el grito de los empobrecidos de nuestro mundo? ¿Somos capaces de juzgar lo que debemos hacer, de tomar decisiones justas y actuar con responsabilidad?
El Señor nos invita a reubicar nuestra vida desde el Evangelio mientras vamos “de camino”, mientras tenemos la oportunidad de reconciliarnos y obrar bien. Nos llama a ser sabios, no solo en los asuntos del mundo, sino en los asuntos del Reino de Dios. La vida cristiana es un camino constante de discernimiento, de búsqueda de paz y de justicia, antes de que sea demasiado tarde. Es un llamado a la responsabilidad personal, a vivir en la verdad y a construir la reconciliación donde sea necesaria.
Que, siguiendo las palabras de San Pablo, nos esforcemos por vivir en la unidad del Espíritu, y que, atentos a la enseñanza de Jesús, sepamos interpretar los tiempos y actuar con justicia y amor en cada situación que enfrentemos.
(Edgardo Guzman cmf, Ciudad Redonda)
Que sapiguem viure de la Pau i de la justícia, o de la Justícia i de la Pau...Que sapiguem en fi, SER, integradament, éssers "humans, ben humans" (F. Niestzche), a l'estil de Jesús de Natzareth. fill del Pare/Mare i germà nostre.
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