Apagaron entristecidos el televisor. El joven seguidor exclamó:
- ¡Qué panorama tan triste!
El Anacoreta asintió con la cabeza y dijo:
- Mientras no busquemos la verdadera Unidad, todo seguirá de la misma manera. Siempre que nos manifestamos "contra algo", estamos alimentando la separación y el enfrentamiento. Tenemos el vicio de dualizarlo todo: nosotros o ellos, yo o los demás, derechas o izquierdas, cristianos o musulmanes, judíos o palestinos...
Se levantó a mirar por el ventana y continuó:
- La historia de la humanidad siempre se ha reducido a enfrentamientos. Y los enfrentamientos no arreglan nada. Simplemente hacen cambiar la tortilla. Quien estaba arriba ahora está abajo. Pero siguen existiendo dominadores y dominados, amos y esclavos. Todo lo reducimos a que unos prevalezcan sobre otros.
Hasta que no busquemos la verdadera Unidad, que no es la uniformidad, sino una unidad interior que permita aceptar la variedad sin querer imponernos sobre los otros, la sociedad seguirá dando el triste espectáculo que da...
Hasta que no busquemos la verdadera Unidad, que no es la uniformidad, sino una unidad interior que permita aceptar la variedad sin querer imponernos sobre los otros, la sociedad seguirá dando el triste espectáculo que da...
Cuanta verdad encierran esta reflexiones. Estamos lejos de lograrlo.
ResponderEliminarSi mas no: nos hacen pensar, y frenarnos en nuestros impulsos naturales,que son: crecernos cuando pisoteamos a los demás, que piensan diferente,Un ejemplo? pasa por aquí en España, que no reconoce naciones,ni culturas, derivadas de sus lenguas.una abraçada
ResponderEliminary la division interna...la mas dificil de superar
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