El año 2009 la Editorial Sal Terrae publicí el libro de Joyce Rupp, "Abre la puerta"(Introspección en el verdadero yo).
Con la metáfora de la puerta nos señala los caminos para entrar en nuestro verdadero yo, oculto muchas veces, en nuestro corazón.
En uno de los capítulos nos habla de los lubricantes básicos que hacen que los goznes de la puerta de nuestro corazón se muevan con suavidad.
Os los cito brevemente. Cada uno puede estudiar de qué pie cojea y cuáles son más importantes para él.
- Oración: En cualquier forma o duración, contribuye a la apertura de la puerta.
- Confianza: Confianza en la orientación de Dios y en nuestra capacidad de introducirnos en los ámbitos profundos.
- Amor: Un lubricante lleno de generosidad que no juzgue ni al propio yo ni a los demás.
- Paciencia: Impide que nuestra puerta interior se atasque con pensamientos y sentimientos desalentadores.
- Perdón: Sin él, nuestra puerta se atascará con facilidad. Lo necesitamos en cantidad.
- Creatividad: Es necesario para permitir que nuestros talentos innatos nazcan a la vida y nos faciliten la apertura.
- Fidelidad: Nos asegura la continuidad de nuestros esfuerzos cotidianos
- Rendición: Cuando la puerta no se abre, es inútil esforzarse en empujar. Pide ayuda a Dios y a los demás.
- Tiempo libre: Es necesario para renovar nuestras energías y aclarar nuestra mente.
Es muy posible que cada uno encuentre algún lubricante necesario que no cita Rupp en su libro. Cada puerta es personal y particular.
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