El evangelio de hoy acaba con esta frase:
- "Hoy hemos visto cosas extraordinarias."
Jesús se encuentra en el interior de una casa. Además de sus seguidores, están también allí fariseos y maestros de la ley, guiados por la curiosidad. Traen a un paralítico. Al no poder entrar, lo bajan desde el techo. La fe de aquellos cuatro portadores hace que Jesús exclame:
- Tus pecados te son perdonados.
En aquellos tiempos se asociaba pecado y enfermedad. Si alguien era ciego o paralítico o leproso...era porque había pecado; castigo de Dios.
Jesús viene a decirle, que no se preocupe por sus pecados, porque están perdonados. Y lo más sorprendente, es que el perdón viene a causa de la fe de los cuatro que lo han traído a su presencia. ¿Somos conscientes de que nuestra fe puede ayudar a los demás?¿Somos conscientes de que nuestra falta de fe, o nuestra fe falsa, ayuda a la indiferencia religiosa de los demás?
Fariseos y maestros de la ley no han entendido nada. Con su mirada prepotente, consideran a Jesús un blasfemo, alguien que hace lo que no debe. Jesús no se inquieta y le dice al paralítico:
- Levántate, carga tu litera y vete a casa.
Hasta ese momento eran los cuatro hombres los que cargaban la litera. Si queremos andar, debemos cargar nosotros con nuestros problemas. Ese es el resultado de nuestra fe. Si sabemos reconocer nuestros defectos, aceptar nuestras deficiencias y cargar con ellas, tendremos fuerzas para levantarnos y volver a casa.
Todos los presentes reconocieron que Jesús hacía cosas maravillosas. También nosotros podremos hacerlas y ayudar a los demás a cargar con sus problemas y marchar hacia adelante. Basta revestirnos con su Espíritu. Como Jesús, ser misericordiosos, perdonar. Adviento nos llama a seguir por este camino.
Gracias por compartir y ayudar a mi fe.
ResponderEliminarAbrazos