El joven seguidor preguntó al Anacoreta:
- ¿Qué debo hacer para ver la realidad y no dejarme engañar?
El anciano le respondió:
- Mira con los ojos del corazón. Así pasarás más allá de lo externo y entrarás en el núcleo de los problemas. Así encontrarás lo esencial de las cosas y podrás cumplir la voluntad de Dios.
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