ESPIRITUALIDAD Y RELIGIÓN

Dos conceptos distintos que, a veces, confundimos. Damos por supuesto que la religión es espiritualidad y, por desgracia, no es así. Es más, demasiadas veces la religión mata la espiritualidad. Eso ocurre con las religiones convencionales. Parece que han relegado la espiritualidad a un segundo plano. Lo reducimos todo a mandatos, prescripciones, ritos, dogmas...Y olvidamos el verdadero concepto de religión. Esa etimología que procede de "re-ligare". La religión debe conducirnos a unirnos, a "religarnos" con Dios. Y esto no se consigue con preceptos, sino con espiritualidad.

Decimos que el hombre actual va abandonando la religión y, sin embargo, tiene sed de espiritualidad. Abandona la religión, porque no le ofrece espiritualidad. El hombre tiene el deseo innato de trascenderse. El arte es una manera de hacerlo. La contemplación es otra forma. Cuando la liturgia, que es arte y contemplación, la transformamos en rito, en precepto, la vaciamos de espiritualidad. Por eso el hombre acaba por abandonarla. Lo que debemos hacer es volver a transformar la liturgia en arte. La religión en acercamiento, en amor al otro. Recuperar en la religión la contemplación.

Es cierto que nuestra sociedad nos deja poco tiempo para ser espirituales. La espiritualidad necesita silencio, soledad, paz. Pero tampoco debemos complicarla demasiado. Nos basta con intentar tener unos momentos cada día para contemplar. Luego, poco a poco, iremos transformando toda nuestra vida en contemplación. Miraremos las cosas con otros ojos y nuestra vida se iluminará de espiritualidad.