jueves, 19 de abril de 2018

SU PROPIO CUERPO


"Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre, que me ha enviado; y yo lo resucitaré el día último. En los libros de los profetas se dice: ‘Dios instruirá a todos.’ Así que todos los que escuchan al Padre y aprenden de él vienen a mí.
No es que alguien haya visto al Padre. El único que ha visto al Padre es el que ha venido de Dios. Os aseguro que quien cree tiene vida eterna. Yo soy el pan que da vida. Vuestros antepasados comieron el maná en el desierto, y sin embargo murieron;  pero yo hablo del pan que baja del cielo para que quien coma de él no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propio cuerpo. Lo daré por la vida del mundo."

Jesús sigue su discurso. Hoy añade algo a la explicación del pan de vida. Un pan que da la vida plena, "eterna". Un pan que es su cuerpo. Aquí la gente empezó a no entenderlo. Y como veremos en días posteriores, empezarán a dejar de seguirle. No entendieron que estaba anunciando que entregaría su vida por todos. No entendieron que para seguirle, debemos hacernos uno con Él. Jesús se nos da plenamente, totalmente. 


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