viernes, 31 de agosto de 2018

PREVENIR


"El reino de los cielos podrá entonces compararse a diez muchachas que, en una boda, tomaron sus lámparas de aceite y salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no tomaron aceite de repuesto; en cambio, las previsoras llevaron frascos de aceite además de las lámparas. Como el novio tardaba en llegar, les entró sueño a todas y se durmieron. Cerca de medianoche se oyó gritar: ‘¡Ya viene el novio! ¡Salid a recibirle!’ Entonces todas las muchachas se levantaron y comenzaron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: ‘Dadnos un poco de vuestro aceite, porque nuestras lámparas van a apagarse.’ Pero las muchachas previsoras contestaron: ‘No, porque entonces no alcanzará para nosotras ni para vosotras. Más vale que vayáis a donde lo venden y compréis para vosotras mismas.’ Pero mientras las cinco muchachas iban a comprar el aceite, llegó el novio; y las que habían sido previsoras entraron con él a la fiesta de la boda, y se cerró la puerta. Llegaron después las otras muchachas, diciendo: ‘¡Señor, señor, ábrenos!’ Pero él les contestó: ‘Os aseguro que no sé quiénes sois.’ 
Permaneced despiertos –añadió Jesús–, porque no sabéis el día ni la hora."

Decían nuestros padres, que sólo nos acordamos de santa Bárbara cuando truena. Es lo que nos dice hoy Jesús. Que debemos ser previsores, como lo fueron aquellas cinco vírgenes. Hemos de entregarnos, de hacer el bien, de amar, cada día. No esperar al último momento. Y no pensemos que aquellas cinco vírgenes fueron egoístas. Las buenas obras no se pueden prestar. Nuestra vida debemos vivirla cada uno de nosotros y no podemos vivir por los demás. Seamos previsores y el Esposo no nos cerrará la puerta.
 "Continúa el tema de la vigilancia. Otro aspecto de la vigilancia es la previsión. Cuando en muchos lugares de nuestra geografía se ha presentado catástrofes naturales y no ha habido previsión los problemas de salubridad y hambrunas se triplican enormemente. Pero cuando se ha tomado precauciones fácilmente se puede enfrentar la crisis. Así es la vida del creyente. Si ha tomado precauciones para afrontar los momentos críticos de la experiencia de fe, las llamadas “noches oscuras” y se tienen buenas provisiones, entonces los problemas serán más llevaderos y las soluciones se podrán alcanzar con relativa calma. Vivimos un mundo complejo, diverso que hace tambalear la experiencia de fe. Pero si hay suficientes provisiones de oración continua, de permanente ejercicio de la caridad, podremos afrontar los vientos huracanados que se avecinan. Mantener la lámpara del corazón siempre encendida con el fuego del amor y de la misericordia. Practicar constantemente la justicia y el derecho, para que el aceite de la reconciliación, la paz y el perdón nunca falte. ¿Cómo te preparas para el encuentro con el Señor?" (Koinonía)  



jueves, 30 de agosto de 2018

ESTAR A PUNTO


"Permaneced despiertos, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entended que si el dueño de una casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, permanecería despierto y no dejaría que nadie entrara en su casa a robar. Así también, vosotros estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperéis. 
¿Quién es el criado fiel y atento, puesto por el amo al frente de la casa para dar a la servidumbre la comida a sus horas? ¡Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, encuentra cumpliendo con su deber! Os aseguro que el amo le pondrá al cargo de todos sus bienes. Pero si ese criado es un malvado, y pensando que su amo va a tardar comienza a maltratar a los demás criados, y se junta con borrachos a comer y beber, el día que menos lo espere y a una hora que no sabe llegará su amo y le castigará: le condenará a correr la misma suerte que los hipócritas. Entonces llorará y le rechinarán los dientes."

En nuestro trabajo, todos sabemos que debemos estar vigilantes, que debemos tenerlo todo a punto, si no queremos tener problemas y fracasar. ¿Hacemos lo mismo con nuestra vida? ¿Estamos entregando cada día nuestra vida o esperamos a mañana? ¿Ocupa la espiritualidad el centro de nuestro ser? ¿Nos excusamos con que ya lo haremos, pero ahora no podemos?

"Jesús invita a sus seguidores a permanecer en actitud vigilante. Pero ¿qué significa cultivar esta actitud en la vida del creyente? Vigilar es estar atento para que todo lo que ha sido encomendado salga bien. Que en el preciso momento en que se necesite todo esté previsto, listo para ser presentado, ofrecido o entregado. Los que trabajamos en instituciones educativas tenemos experiencia de lo que significa una visita del ministerio o secretaría de educación. Llegan de sorpresa, de un momento a otro. Y comienzan a solicitar información, documentación y evidencias detalladamente. De manera que todo debe estar preparado con antelación. Así debe ser la vida del creyente. Estar con todo listo para la visita inesperada del Maestro. Él viene en cualquier momento, y es necesario tener la “documentación”, las “evidencias” preparadas para ser presentadas: las acciones, las actitudes, la praxis cotidiana. Las evidencias son realidades tangibles, incontrovertibles, que deben dar cuenta por sí mismas de lo que pretenden mostrar. Una vida limpia, donada y trasparente. ¿Estás preparado/a para ese encuentro, esa visita sorpresa del Maestro?" (Koinonía) 





miércoles, 29 de agosto de 2018

MARTIRIO DE JUAN BAUTISTA


"Es que Herodes, por causa de Herodías, había mandado apresar a Juan y le había hecho encadenar en la cárcel. Herodías era esposa de Felipe, hermano de Herodes, pero Herodes se había casado con ella. Y Juan le había dicho a Herodes: “No puedes tener por tuya a la mujer de tu hermano.” 
Herodías odiaba a Juan y quería matarlo; pero no podía, porque Herodes le temía y le protegía sabiendo que era un hombre justo y santo; y aun cuando al oirle se quedaba perplejo, le escuchaba de buena gana. Pero Herodías vio llegar su oportunidad cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus jefes y comandantes y a las personas importantes de Galilea. La hija de Herodías entró en el lugar del banquete y bailó, y tanto gustó el baile a Herodes y a los que estaban cenando con él, que el rey dijo a la muchacha:
– Pídeme lo que quieras y yo te lo daré.
Y le juró una y otra vez que le daría cualquier cosa que pidiera, aunque fuese la mitad del país que él gobernaba. Ella salió y preguntó a su madre:
– ¿Qué puedo pedir?
Le contestó:
– Pide la cabeza de Juan el Bautista.
La muchacha entró de prisa donde estaba el rey y le dijo:
– Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.
El rey se disgustó mucho, pero como había hecho un juramento en presencia de sus invitados, no quiso negarle lo que pedía. Así que envió en seguida a un soldado con la orden de traerle la cabeza de Juan. Fue el soldado a la cárcel, le cortó la cabeza a Juan y la puso en una bandeja. Se la dio a la muchacha y ella se la entregó a su madre.
Cuando los seguidores de Juan lo supieron, tomaron el cuerpo y lo pusieron en una tumba."
Juan Bautista es modelo de aquellos que arriesgan su vida por decir y defender la verdad. En una sociedad en la que se considera verdad lo políticamente correcto, lo que tiene más aceptación, lo que dice internet, la posverdad...,necesitamos personas que sean capaces de desenmascarar la mentira.
"Palabras como profeta, mártir, testigo parecen sinónimos. El profeta es quien denuncia, enrostra, cuestiona y confronta al poder establecido encarnado en una estructura social, institución o persona. La consecuencia del ejercicio de la profecía, generalmente, es el martirio. Y mártir y testigo son sinónimos. Juan bautista es la síntesis del profeta-mártir-testigo. Confronta la corrupción y la crueldad de Herodes. Es encarcelado por este a pesar que le tenga cierta admiración y aprecio. Actitud que queda diluida porque lo encarcela y luego lo manda matar. ¿Cómo es posible que la danza de una chiquilla mimada y malcriada valga más que la cabeza de un ser humano con infinidad de valores? ¿Dónde queda el afecto y admiración del tirano por el bautista? Hoy siguen muriendo muchos bautistas fieles al evangelio de la vida y la dignidad humana. Muchos siguen siendo asesinados por los sistemas represivos generadores de muerte, violencia e injusticia. Pero la verdad y la justicia siempre prevalecerán porque son dones que brotan del corazón del mismo Dios. ¿Cómo se vive la experiencia del martirio en tu contexto social y eclesial?" (Koinonía) 



martes, 28 de agosto de 2018

GUÍAS CIEGOS


"¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que separáis para Dios la décima parte de la menta, del anís y del comino, pero no hacéis caso de las enseñanzas más importantes de la ley, como son la justicia, la misericordia y la fidelidad. Esto es lo que se debe hacer, sin dejar de hacer lo otro. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y tragáis el camello! 
¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que limpiáis por fuera el vaso y el plato, pero por dentro estáis llenos de lo que habéis obtenido con el robo y la avaricia. Fariseo ciego, ¡limpia primero el vaso por dentro, y así quedará limpio también por fuera!

Guías ciegos. Eso es lo que somos si no llevamos el Evangelio en nuestro corazón; si sólo nos basamos en normas, leyes y ritos y nuestra vida carece de la luz del Amor.


 "Jesús continúa desnudando el alma de los fariseos y la nuestra. Qué fácil convertir la experiencia religiosa en un cúmulo de ritos, costumbres, ceremonias, tradiciones y normas. Qué fácil resulta quitarle la esencia al mensaje humanizador del evangelio para convertirlo en un sartal de prohibiciones con sus consabidas sanciones. Lo fundamental de la fe es la practica contante de la misericordia, la justicia y el derecho. Si nuestra fe, es decir, nuestra adhesión a la persona de Jesús no nos lleva a una acción permanente de defensa de la dignidad del ser humano, particularmente del pobre y excluido, algo falta a nuestra fe. Estará mermada. Y esto no lo tolera el Maestro. No es un secreto para nadie que nuestra sociedad contemporánea vive con tolerancia y aceptación resignada la corrupción a todos los niveles, la violencia de todo género, la exclusión, explotación y segregación de toda especie. Por eso el evangelio de Jesús se convierte en un imperativo urgente para el seguidor del Nazareno. ¿Cómo he asimilado los valores de la misericordia, la justicia y el derecho en mi vida cotidiana?"(Koinonía) 



EL ÁNGEL DEL NUEVO ARRANQUE


Anselm Grün, en su libro "Cincuenta ángeles para comenzar el año", habla del ángel del nuevo arranque. La Iglesia no pasa por buenos momentos. Los casos de pederastia, la falta de vocaciones, las iglesias vacías...Y ante esta situación parece que nos ha invadido una especie de resignación falsa, que hace que permanezcamos inactivos y convencidos de que no podemos hacer nada. Damos la batalla por perdida.
Necesitamos a este "ángel del nuevo arranque" que nos dé fuerzas para luchar, para buscar soluciones...Soluciones que han de empezar por nuestra propia vida. Si en nuestros conventos la vida espiritual es mortecina y rutinaria ¿cómo queremos que los jóvenes se sientan atraídos a seguir nuestra vida? La vocación es un don de Dios, pero Dios actúa a través nuestro. Y no puede hacerlo si nuestra vida es tibia y rutinaria. 
Muchas cosas han de cambiar en la Iglesia, si queremos que vuelva a ser sal y luz de la tierra. Necesitamos llenarnos de Vida auténtica alimentada en el Evangelio.

lunes, 27 de agosto de 2018

¿SOMOS COHERENTES?


"¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que cerráis a todos la puerta del reino de los cielos. Ni vosotros entráis ni dejáis entrar a los que quisieran hacerlo. 
¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que recorréis tierra y mar para ganar un adepto, y cuando lo habéis ganado hacéis de él una persona dos veces más merecedora del infierno que vosotros mismos.
¡Ay de vosotros, guías ciegos!, que decís: ‘El que hace una promesa jurando por el templo no se compromete a nada; el que queda comprometido es el que jura por el oro del templo.’ ¡Estúpidos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo por el que el oro queda consagrado? También decís: ‘El que hace una promesa jurando por el altar no se compromete a nada; el que queda comprometido es el que jura por la ofrenda que está sobre el altar.’ ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar por el que la ofrenda queda consagrada? El que jura por el altar, no solo jura por el altar sino también por todo lo que hay encima de él; y el que jura por el templo, no solo jura por el templo sino también por Dios, que vive allí. Y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Dios mismo, que se sienta en él."

A la vista de los escándalos de pederastia de sacerdotes y religiosos, estas palabras de Jesús toman más vigencia que nunca. Los sacerdotes, religiosos, educadores, catequistas...deberíamos reflexionar cada día sobre este texto. ¿Estamos mostrando un Dios Amor, o tenemos una doble moral hipócrita, que ahoga a nuestros discípulos?¿Nuestra vida está conforme con lo que predicamos?

"¡Ay! Qué duro y directo resulta el Maestro a la hora de desenmascarar a los piadosos fariseos. Jesús denuncia la doble moral. Por un lado estos “hombres vigías de la moral y la fidelidad a la tradición y la ley” se muestran como jueces e inspectores del proceder del pueblo; pero, por otra parte, sus prácticas pasan por encima de lo más sagrado que es el ser humano. Explotación de los más empobrecidos y excluidos de la sociedad, impiden que las personas asuman el proyecto de Dios que supera toda costumbre y tradición, buscan seguidores pero los hacen partícipes de sus propias maldades. Es la incoherencia total. Probablemente nosotros, al leer el pasaje de Mateo, sintamos rechazo y repugnancia por estos individuos, pero, ¡cuidado! No sea que nos suceda igual. Anunciamos un evangelio de amor, paz, verdad y libertad pero en la vida cotidiana convivimos con egoísmos, codicias, engaños, esclavitudes de todo género. ¿Qué interpelaciones me hace Jesús a mi vida de fe? ¿Cómo ser coherente entre lo que se cree y se vive en la práctica cotidiana?"(Koinonía) 




domingo, 26 de agosto de 2018

PALABRAS DE VIDA


 "Al oir todo esto, muchos de los que seguían a Jesús dijeron:
– Su enseñanza es muy difícil de aceptar. ¿Quién puede hacerle caso? 
61 Jesús, dándose cuenta de lo que estaban murmurando, les preguntó:
– ¿Esto os ofende? ¿Qué pasaría si vierais al Hijo del hombre subir a donde antes estaba? El espíritu es el que da vida; el cuerpo de nada aprovecha. Las cosas que yo os he dicho son espíritu y vida. Pero todavía hay algunos de vosotros que no creen.
Es que Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién el que le iba a traicionar. Y añadió:
– Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no lo trae.
Desde entonces dejaron a Jesús muchos de los que le habían seguido, y ya no andaban con él. Jesús preguntó a los doce discípulos:
– ¿También vosotros queréis iros?
Simón Pedro le contestó:
– Señor, ¿a quién iremos? Tus palabras son palabras de vida eterna. Nosotros sí hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios."

Los discípulos no entienden las palabras de Jesús y empiezan a abandonarlo.  Jesús hay que escucharlo con el corazón. Si intentamos hacerlo con nuestra mente, nos alejamos de Él, porque es Amor.
"Las palabras de Jesús chocan con la mentalidad vigente. Hace veinte siglos parecía inadmisible que una persona pudiera comunicar un mensaje tan exigente y tan liberador. Hoy, seguimos en el mismo plan: tratamos de endulzar las palabras de Jesús para que no hieran nuestros prejuicios. Con frecuencia queremos convertir la palabra de Jesús en el ejercicio de un conjunto de ritos. Pero, la palabra de Jesús nos desestabiliza, nos desquicia y nos lleva a cuestionar la vida diaria. A veces, incluso, decimos como los discípulos. «Este modo de hablar es inaceptable, ¿quién puede hacerle caso? No obstante, si queremos seguir a Jesús, la única respuesta posible es un «sí» rotundo, un «amén» decidido y generoso. Queremos seguirlo y queremos ser como él. No deseamos contentarnos con los laureles que nos ofrece el mundo, sino que anhelamos caminar con el Nazareno la difícil y tortuosa vía del pueblo de Dios en la historia.
¡Qué útil sería examinar nuestras eucaristías...! ¿Generan un «movimiento de Jesús» en dirección hacia la Utopía solidaria de lo que Él llamaba Reino? ¿Van cambiando nuestro modo de pensar y actuar? ¿Nos hacen capaces de identificar las otras presencias del Dios entre los desheredados de la vida? El mismo Jesús, en cuya boca Juan puso estas palabras: «Yo soy el Pan de Vida», según Mateo también dijo: «tuve hambre y me diste de comer,
cada vez que lo hicieron con mis hermanos más pequeños, era conmigo mismo con quien lo estaban haciendo» (Mt 25,35).
Completamos nuestra reflexión con palabras de José Antonio Pagola que continúan las que citábamos la semana pasada, sobre la forma actual de celebrar la Eucaristía: Las preguntas son inevitables: ¿No necesita la Iglesia en su centro una experiencia más viva y encarnada de la cena del Señor que la que ofrece la liturgia actual? ¿Estamos tan seguros de estar haciendo hoy bien lo que Jesús quiso que hiciéramos en memoria suya?
¿Es la liturgia que nosotros venimos repitiendo desde siglos la que mejor puede ayudar en estos tiempos a los creyentes a vivir lo que vivió Jesús en aquella cena memorable donde se concentra, se recapitula y se manifiesta cómo y para qué vivió y murió? ¿Es la que más nos puede atraer a vivir como discípulos suyos al servicio de su proyecto del reino del Padre?
Hoy todo parece oponerse a la reforma de la misa. Sin embargo, cada vez será más necesaria si la Iglesia quiere vivir del contacto vital con Jesucristo. El camino será largo. La transformación será posible cuando la Iglesia sienta con más fuerza la necesidad de recordar a Jesús y vivir de su Espíritu. Por eso también ahora lo más responsable no es ausentarse de la misa, sino contribuir a la conversión a Jesucristo." (Koinonía)

sábado, 25 de agosto de 2018

TODOS SOMOS HERMANOS


"Después de esto, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo:
- Los maestros de la ley y los fariseos son los encargados de interpretar la ley de Moisés. Por lo tanto, obedecedlos y haced todo lo que os digan. Pero no sigáis su ejemplo, porque dicen una cosa y hacen otra. Atan cargas pesadas, imposibles de soportar, y las echan sobre los hombros de los demás, mientras que ellos mismos no quieren tocarlas ni siquiera con un dedo. Todo lo hacen para que la gente los vea. Les gusta llevar sobre la frente y en los brazos cajitas con textos de las Escrituras, y vestir ropas con grandes borlas. Desean los mejores puestos en los banquetes, los asientos de honor en las sinagogas, ser saludados con todo respeto en la calle y que la gente los llame maestros. 
Pero vosotros no os hagáis llamar maestros por la gente, porque todos sois hermanos y uno solo es vuestro Maestro. Y no llaméis padre a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el que está en el cielo. Ni os hagáis llamar jefes, porque vuestro único Jefe es Cristo. El más grande entre vosotros debe servir a los demás. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido."

Jesús nos dice que lo importante no son las palabras, los métodos, las reuniones, las estructuras...sino nuestra actuación, nuestra vida. Demasiadas veces actuamos cara a la galería; para que nos vean, para ser considerados, para obtener poder...Jesús nos pide que seamos sencillos; que nos consideremos todos hermanos y no unos más importantes que otros. 
"El contexto del evangelio refleja la polémica del Siglo I entre la iglesia naciente y la sinagoga judía, las duras críticas de Jesús a los jefes espirituales de su pueblo, son una advertencia a los discípulos de no caer en las actitudes que él condena como: la incoherencia entre lo que dicen y lo que hacen, la arbitrariedad en el ejercicio del poder y la autoridad en la aplicación de la ley y su incompetencia para discernir y diferenciar lo importante de lo secundario. Vivir consecuentemente, en una fraternidad donde Dios es el único Padre de todos y Jesús el único jefe-maestro, son exigencias de vida cristiana y también un reclamo que el mundo nos hace. ¿Estamos convencidos de esto?"(Koinonía) 



viernes, 24 de agosto de 2018

LA LLAMADA



"Felipe fue a buscar a Natanael y le dijo:
– Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en los libros de la ley, y de quien también escribieron los profetas. Es Jesús, el hijo de José, el de Nazaret.
Preguntó Natanael:
– ¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?
Felipe le contestó:
– Ven y compruébalo.
Cuando Jesús vio acercarse a Natanael, dijo:
– Aquí viene un verdadero israelita, en quien no hay engaño.
Natanael le preguntó:
¿De qué me conoces?
Jesús le respondió:
– Te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera. 
Natanael le dijo:
– Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel! 
Jesús le contestó:
– ¿Me crees solamente por haberte dicho que te vi debajo de la higuera? ¡Pues cosas más grandes que estas verás!
Y añadió:
– Os aseguro que veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."

Como Bartolomé (Natanael), todos hemos recibido un día la llamada de Jesús. ¿La sentimos viva en nuestro corazón? Koinonía nos recuerda la actitud que debemos tener:

"Hacer memoria de los Apóstoles es una oportunidad para renovarnos en la fidelidad. No se trata de nostalgia del pasado sino de recuperar el encanto, la lozanía y el poder seductor de los comienzos, que hemos perdido. El encuentro de los primeros discípulos con el Señor y la invitación que éste les hizo a seguirle, es una ocasión buena para agradecer al Señor el don del propio llamado, así como para re-cordar (pasar por el corazón), lo que eso entonces significó y sigue significando, aun hoy, para cada uno en su propio seguimiento. Hay que volver a las fuentes de nuestra vocación, renovándonos en aquellas experiencias en que ésta se sustenta: el encuentro personal con el Señor, la centralidad y la obediencia a su palabra. Recuperar el frescor de la propia vocación, se constituye entonces en un signo de fidelidad a nuestras raíces y una exigencia para un hoy falto de referentes que nos ilusionen. ¿Qué papel están teniendo el encuentro personal con el Señor y la obediencia a su palabra en nuestro seguimiento, hoy?" 


TRABAJANDO CON LAS MADRES


Otra actividad que realizamos en Signos de Fe fue con las madres de Educación Inicial. Se trataba de ayudarlas a hacer una dieta equilibrada para sus hijos. La alimentación tradicional es excesiva en hidratos de carbono. Esto hace que haya muchos niños obesos, pero que, en los análisis de sangre, se revelaban anémicos. Primeramente tuvimos una charla con las profesoras por parte de un dietista. Luego con las madres, en grupos. Y acabamos con un concurso para ver quién preparaba una dieta más equilibrada y quién había asimilado los conceptos impartidos.




jueves, 23 de agosto de 2018

INVITADOS A LA BODA


"Jesús se puso a hablarles otra vez por medio de parábolas. Les dijo:
El reino de los cielos puede compararse a un rey que hizo un banquete para la boda de su hijo. Envió a sus criados a llamar a los invitados, pero estos no quisieron acudir. Volvió a enviar más criados, encargándoles: ‘Decid a los invitados que ya tengo preparado el banquete. He hecho matar mis novillos y reses cebadas, y todo está preparado: que vengan a la boda.’ Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a sus tierras, otro a sus negocios y otros echaron mano a los criados del rey y los maltrataron hasta matarlos. Entonces el rey, lleno de ira, ordenó a sus soldados que mataran a aquellos asesinos y quemaran su pueblo. Luego dijo a sus criados: ‘Todo está preparado para la boda, pero aquellos invitados no merecían venir. Id, pues, por las calles principales, e invitad a la boda a cuantos encontréis.’ Los criados salieron a las calles y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y así la sala del banquete se llenó de convidados.
Cuando el rey entró a ver a los convidados, se fijó en uno que no iba vestido para la boda. Le dijo: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí, si no vienes vestido para la boda?’ Pero el otro se quedó callado. Entonces el rey dijo a los que atendían las mesas: ‘Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a la oscuridad. Allí llorará y le rechinarán los dientes.’ Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos."

Todos hemos sido invitados a la boda; pero somos libres de asistir o no. Jesús nos llama al Reino, pero nosotros, quizá, buscamos mil excusas para no ir. Él no se desanima y nos busca en los cruces de caminos, en las calles, en todas partes. Sólo hace falta responder con nuestra vida. 
Koinonía lo comenta así:
"La fidelidad al Señor es un don suyo. Vivir conforme a su voluntad, responde a una decisión de su parte. Así muestra Él su justicia, actuando en todos el querer y el poder. En Él todo es nuevo. La salvación, entendida como la plenitud de la vida de Dios en nosotros, es también un don que viene de Él, que invita y se anticipa preparando todos los detalles. Este don no exime del compromiso de la libertad y de la opción personal, que se expresa en la capacidad de acogida o rechazo. Como la gracia no trabaja de balde, el desprecio de unos es siempre la oportunidad manifiesta para que otros, con una actitud de mayor gratitud, generosidad y apertura, vean fructificar ese don en su vida. No obstante, ser invitados al banquete no es garantía de elección, pues para ello es necesario que ese llamado se traduzca en compromisos concretos. Este es el traje de bodas, que dice el evangelio, se pide a todos llevar ceñido. ¿Vivimos la vida cristiana como un don y como una tarea por realizar?" 




miércoles, 22 de agosto de 2018

LA JUSTICIA DE DIOS


"El reino de los cielos se puede comparar al dueño de una finca que salió muy de mañana a contratar trabajadores para su viña. Acordó con ellos pagarles el salario de un día y los mandó a trabajar a su viña. Volvió a salir sobre las nueve de la mañana y vio a otros que estaban en la plaza, desocupados. Les dijo: ‘Id también vosotros a trabajar a mi viña. Os daré lo que sea justo.’ Y ellos fueron. El dueño salió de nuevo hacia el mediodía, y otra vez a las tres de la tarde, e hizo lo mismo. Alrededor de las cinco de la tarde volvió a la plaza y encontró a otros desocupados. Les preguntó: ¿Por qué estáis aquí todo el día, sin trabajar?’ Le contestaron: ‘Porque nadie nos ha contratado.’ Entonces les dijo: ‘Id también vosotros a trabajar a mi viña.’
Cuando llegó la noche, el dueño dijo al encargado del trabajo: ‘Llama a los trabajadores, y págales empezando por los últimos y terminando por los primeros.’ Se presentaron, pues, los que habían entrado a trabajar alrededor de las cinco de la tarde, y cada uno recibió el salario completo de un día. Cuando les tocó el turno a los que habían entrado primero, pensaron que recibirían más; pero cada uno de ellos recibió también el salario de un día. Al cobrarlo, comenzaron a murmurar contra el dueño. Decían: ‘A estos, que llegaron al final y trabajaron solamente una hora, les has pagado igual que a nosotros, que hemos soportado el trabajo y el calor de todo el día.’ Pero el dueño contestó a uno de ellos: ‘Amigo, no te estoy tratando injustamente. ¿Acaso no acordaste conmigo recibir el salario de un día? Pues toma tu paga y vete. Si a mí me parece bien dar a este que entró a trabajar al final lo mismo que te doy a ti, es porque tengo el derecho de hacer lo que quiera con mi dinero. ¿O quizá te da envidia el que yo sea bondadoso?’
De modo que los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos."

Es evidente que la justicia de Dios no es nuestra justicia. Nosotros calculamos los méritos y, al igual que aquellos trabajadores y los apóstoles, no entendemos la forma de proceder del Amo de la viña. Lo consideramos una gran injusticia.
Pero Dios lo ve todo con otra óptica. Lo ve a través del amor y de la misericordia. Aquí paga lo mismo a los de la última hora que a los que han trabajado desde la primera. En otro lugar vemos, que deja a las noventa y nueva ovejas para ir en busca de la perdida. Nosotros nos creemos con muchos méritos y Dios prefiere a los últimos; porque Él sabe leer en los corazones y conoce la auténtica verdad de cada uno de nosotros. Derrama su gracia sobre todos.


martes, 21 de agosto de 2018

LIBRES PARA ÉL


"Jesús dijo entonces a sus discípulos:
– Os aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Os lo repito: le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios. Al oirlo, sus discípulos se asombraron más aún, y decían:
– Entonces, ¿quién podrá salvarse?
Jesús los miró y les contestó:
– Para los hombres esto es imposible, pero no para Dios.
Pedro entonces añadió:
–Nosotros, que hemos dejado cuanto teníamos y te hemos seguido, ¿qué vamos a recibir?
Jesús les repondió:
– Os aseguro que cuando llegue el tiempo de la renovación de todas las cosas, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, vosotros, que me habéis seguido, os sentaréis también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todos los que por causa mía hayan dejado casa, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o tierras, recibirán cien veces más, y también recibirán la vida eterna. Muchos que ahora son los primeros, serán los últimos; y muchos que ahora son los últimos, serán los primeros."

Jesús nos sigue invitando a seguir a Jesús. Para los judíos, la riqueza era sinónimo de beneplácito de Dios. Él, por contra, les dice que difícilmente se salvará un rico.
Veamos el comentario de Koinonía:

"Nada queda impune al paso del tiempo y de las circunstancias que vivimos. No somos infalibles. La autosuficiencia y la soberbia, no duran más que nuestros días. Compartimos una suerte común. La precariedad, inherente a nuestra condición humana, reclama humildad. La confianza llana, sin rebajas o paliativos, es necesaria ante las condiciones del seguimiento que Jesús plantea. Esa confianza, queda seriamente comprometida cuando las riquezas son la fuente de la que ella brota. Ante la exigencia de hacerse pequeños para entrar en el Reino, estas son un obstáculo, que atrapa el corazón e inhibe la libertad para entregarse a la causa del Padre. En un mundo que proclama y promueve la idolatría del bienestar y la riqueza como la mayor aspiración humana, liberarse de su tiranía para seguir a Jesús, parece más un ideal utópico que una posibilidad real. Aunque la inquietud que esto suscita es válida, lo definitivo no es la imposibilidad humana para vivirlo sino el poder de Dios para solventar las dificultades y obstáculos en este camino de libertad. ¿Nos inquietan aun las palabras de Jesús?"

Jesús nos quiere libres de todo estorbo. Libres para seguirlo. 





lunes, 20 de agosto de 2018

LA VERDADERA RIQUEZA


"Un joven fue a ver a Jesús y le preguntó:
– Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para tener vida eterna? 
Jesús le contestó:
– ¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Bueno solamente hay uno. Pero si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos. 
– ¿Cuáles? – preguntó el joven.
Jesús le dijo:
– No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas mentiras en perjuicio de nadie, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo. 
 – Todo eso ya lo he cumplido – dijo el joven –. ¿Qué más me falta?
Jesús le contestó:
– Si quieres ser perfecto, ve, vende lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riquezas en el cielo. Luego ven y sígueme.
Cuando el joven oyó esto, se fue triste, porque era muy rico."

Aquel joven era muy rico; por eso se marchó triste sin poder seguir a Jesús. El dinero nos aparta de Dios, porque el dinero nos aparta de los hombres. Nos hace egoístas. Basta que echemos una mirada a nuestra sociedad actual. Una pequeña parte acumula todo el dinero y la mayor parte de la humanidad vive con estrecheces. Los políticos creen gobernar el mundo, cuando son los poderes económicos, los que tienen, en todo, la última palabra.
El dinero nos esclaviza. Dios nos quiere libres; por eso Jesús quiere que nos desprendamos de lo que tenemos, que pensemos en los que no tienen nada. Ser desprendidos, esta es la verdadera libertad. Esta es la verdadera riqueza.