Anselm Grün, en su libro "Cincuenta ángeles para comenzar el año", habla del ángel del nuevo arranque. La Iglesia no pasa por buenos momentos. Los casos de pederastia, la falta de vocaciones, las iglesias vacías...Y ante esta situación parece que nos ha invadido una especie de resignación falsa, que hace que permanezcamos inactivos y convencidos de que no podemos hacer nada. Damos la batalla por perdida.
Necesitamos a este "ángel del nuevo arranque" que nos dé fuerzas para luchar, para buscar soluciones...Soluciones que han de empezar por nuestra propia vida. Si en nuestros conventos la vida espiritual es mortecina y rutinaria ¿cómo queremos que los jóvenes se sientan atraídos a seguir nuestra vida? La vocación es un don de Dios, pero Dios actúa a través nuestro. Y no puede hacerlo si nuestra vida es tibia y rutinaria.
Muchas cosas han de cambiar en la Iglesia, si queremos que vuelva a ser sal y luz de la tierra. Necesitamos llenarnos de Vida auténtica alimentada en el Evangelio.
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