Llegada fue muy emotiva. Un taxi furgoneta nos esperaba en el aeropuerto del Callao. Tras atravesar todo Lima nos dirigimos a San Juan de Lurigancho y, concretamente, a Manos de Dios. De entrada llama mucho la atención el caos circulatorio de Lima. Claxon, sirenas, baches, conducción salvando obstáculos...Hay que vivirlo para hacerse una idea.
Al llegar al colegio Signos de Fe, se abrió la puerta y nos encontramos a los pequeños, con "senyeres" y globos, esperándonos para recibirnos. A más de uno se nos saltaron las lágrimas.
Cuando rompieron la formación, corrieron a abrazarnos.
Luego nos hicieron pasar por todas las clases para presentarnos.
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