Jesús les contó también esta parábola: “El reino de los cielos se puede comparar a una semilla de mostaza que un hombre siembra en su campo. Es sin duda la más pequeña de todas las semillas, pero cuando ha crecido es más grande que las otras plantas del huerto; llega a hacerse como un árbol entre cuyas ramas van a anidar los pájaros.
También les contó esta parábola: El reino de los cielos se puede comparar a la levadura que una mujer mezcla con tres medidas de harina para que toda la masa fermente.
Jesús habló de todo esto a la gente por medio de parábolas, y sin parábolas no les hablaba, para que se cumpliera lo que había dicho el profeta:
“Hablaré por medio de parábolas;
diré cosas que han estado en secreto
desde la creación del mundo.”
"Seguro que alguna vez, tras la lectura del Evangelio, le diste vueltas a ese estribillo que se repite en el capítulo 13 de Mateo, ¿verdad?
Ese “sucede con el reino de los cielos…” es el motivo central. Nos habla del plan de Dios, del Sueño de Dios; muy especialmente del modo y manera con que Dios quiere actuar en la historia humana.
Sí. De eso van las parábolas.
De eso va también la de hoy.
Y nos sorprende. Y nos cuestiona. Y nos descoloca. ¿O no?
Siendo sinceros, en muchas ocasiones, esperamos más de “todo un Dios”. Esperamos más en fuerza, en poder, en energía, en planteamientos, en estrategias…
Y resulta que va y Él nos sale con eso de lo pequeño, lo germinal, lo poco, lo casi (o del todo) insignificante…
Con cara de “descolocados” intentemos soltar esas nociones, ideas y valoraciones “paganas”; que, por cierto, nos cuesta bastante dejar.
Abrámonos con confianza en su propuesta, y dejémonos convertir (mejor: seducir) por ese bendito modo de hacer del Señor con su Proyecto.
Dame ojos, Señor, para ver la fuerza de las semillas.
Dame corazón, Señor, para amar la fuerza de los pequeños gestos.
Dame entendimiento, Señor, para ser levadura y fermento.
Dame discernimiento para no dejarme engañar por el espejismo de lo grandioso, de lo poderoso, de lo aparentemente efectivo y perfecto.
Amén."
(Juan Carls Rodriguez cmf, Ciudad Redonda)
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