El Anacoreta ha llegado a la ciudad. Vive en un lugar muy diferente de la Cueva. Aquí tiene la ciudad a sus pies...Es una zona rica de la ciudad. Pero tiene la montaña y la soledad a diez minutos de paseo...Además la belleza es importante. El hombre ha de impregnarse de belleza si quiere soportar el dolor, la miseria, la injusticia...Si no, enloquecería.
Hoy os dejo una vista tomada desde la vetana de su habitación...
Me alegro de que el Anacoreta ya haya llegado a su nuevo destino, en estas fechas vamos a ser much@s l@s que volveremos a la ciudad, y como alguien me dijo en una ocasión, en la ciudad también se puede encontrar el desierto.... y algún que otro oasis
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Soqui
Muy bonita la perpectiva.El anacoreta se irá acostumbrando a ese paisaje..
ResponderEliminarUn beso..isa
Hola, Joan, desde mi perplejidad, un abrazo profundo y toda la suerte del mundo por tu traslado a las dos nuevas casas: la real y la virtual. Conocía la iminencia del primero, pero no sabía nada de las tempestades que azotaron el desierto a mediados de agosto; después de pasar por tu anterior espacio estoy todavía sin capacidad de reacción.
ResponderEliminarOtro día hablamos, vale?
Ànims, Joan, i com direm demà a la plaça més castellera: FORÇA, VALOR I SENY!
Joan...a pesar del cambio, que no sé si ha sido 100% de tu agrado, eso de tener la montaña sólo a 10 minutos, es un lujo!
ResponderEliminarDeseo que seas feliz en tu nueva residencia y, recuerda..., ahora sólo nos separan 20 Km.
Una abraçada!
Impregnarse de belleza...sobre todo la que se desprende de la fe en Jesús,alivio y sanación para todos los males.
ResponderEliminarAbrazos.
silencio en la mente y paz en el corazón. sigue adelante te quiero mucho. bendiciones
ResponderEliminarjoan no he podido enviar mis comentarios no se como hacerlo help pliss cariños y bendiciones
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