El evangelio de hoy, cierra un ciclo que hemos recorrido estos últimos domingos con la Eucaristía como centro.
Hoy (Jn 6, 60 -69) Jesús ve cómo sus seguidores empiezan a abandonarle. "Este lenguaje es muy difícil. ¿Quién puede entenderlo?" Y sin embargo, para sus conciudadanos era más fácil de entender que para nosotros. Él les ha dicho que han de comer su cuerpo y beber su sangre. A sus apóstoles les mostraría que comer el pan y beber el vino en la Cena, es comer su cuerpo y beber su sangre. Para los judíos la sangre el símbolo de la vida. El cuerpo de la energía. Asociar pan a energía y vida a vino eran dos formas de decirnos que la Eucaristía nos hace unos con Jesús.
He de reconocer que cuando oigo burlarse de la Eucaristía, menospreciarla, insultarla...se me remueve algo muy profundo en mi interior. Porque la Eucaristía es el núcleo del cristiano.
Hemos dado demasiada importancia al misterio y se han escrito mil libros sobre cómo es posible que bajo las especies de pan y vino se encuentre Jesús. Hemos dado demasiada importancia al rito y hemos transformado la Misa en rúbricas y símbolos, muy bonitos, pero incomprensibles para muchos hombres.
Hemos olvidado lo nuclear de la Eucaristía: El pan y el vino es Jesús que se nos da. Por el pan y el vino todos los cristianos nos hacemos uno con Jesús y entre nosotros (Comunión). La Misa, siempre participando de la Eucaristía, tendría que ser esa fiesta de fraternidad en la que todos nos unimos a Jesús y a todos los hombres nuestros hermanos.
Pero eso es algo más que puro sentimiento. Sentirme unido a Jesús y a los hombres hace que mi vida cambie. Me exige cambiar. Significa comprometerse.
Aquellos discípulos que le decían que era duro de entender lo que decía, que le abandonaban...Estaban diciendo que era duro comprometerse. Que aceptar un misterio y cumplir uos ritos...vale. Pero comprometerse, cambiar de vida...eso es otra cosa.
Y así seguimos...
Ya lo creo que es otra cosa..... y además muy distinta, aceptar lo que me dicen, cumplir los ritos que me han enseñado.....vale, pero ¡¡¡comprometerse, cambiar de vida!!!! eso sí que es duro..
ResponderEliminary esa sí que es otra historia
Visto así parece fácil, total..... pero la verdad, no me imagino ahora mismo meter ·"mi vida", me refiero a mis cosas..... en unos cuantos paquetes, aunque sean muchos, y ale...... vamos a oto sitio.....
Son cosas del día a día que voy descubriendo y que sinceramente me están haciendo pensar mucho más que......
Un abrazo Joan y gracias de nuevo
Soqui
Un escrit bonic.
ResponderEliminarGràcies pel teu oferiment de la biografia del G. Joan Lluís en el meu bloc. Me la van fer arribar. Però moltes gràcies per pensar-hi.
JUANJO
ResponderEliminarNO CONOZCO ESTE MEDIO Y ALGO DEBI HACER MAL EN MI ANTERIOR ENTRADA PORQUE LA VEO EN TU ESCRITO DEL 12 DE ENERO ??
DISCULPA , SEGUIRE PRACTICANDO
ABRAZOS
Sí Joan ,así seguimos..
ResponderEliminarAyer escuche misa en Becerril (un pequeño pueblo se la Sierra Madrileña).Era una efemerides señalada para mí,hacía diez años que mi padre decia adios.Creo que no siempre acudimos a la eucaristía con la misma escucha activa..ayer,en la lectura del evangelio me reconocí en uno de esos discipulos a los que les cuesta seguir a Jesús...
Se respira paz en este rincón..
Un abrazo joan ..
El esfuerzo por el compromiso no está en nosotros.Es Xto que vive en el cristiano el que se manifiesta en el Espíritu y da testimonio sin esfuerzo nuestro,porque fluye espontáneamente de Dios.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que razón llevas querido Anacoreta, interpretamos la Palabra a nuestro acomodo, hacemos un ritual devocional de la comida compartida en lugar de dar un giro total a nuestra forma de vivir. Salimos de la Eucaristía tal como hemos entrado.
ResponderEliminarPorque la Comunión (común unión) debe ser eso:tratar de ser igual a Jesús, adherirnos a su mensaje, comprometernos con todo el universo, amar al estilo de Jesús.
No es fácil, pero tampoco intentamos esforzarnos, ¿para qué?, ¿qué vamos a ganar?
Nos quedamos en casita sentados en el sillón frente al televisor que hace mucho calor.
Menos mal que tú nos lo "refresca", y bueno poquito a poco quién sabe...
Un beso