Hoy celebramos la festividad de la Anunciación. Este año cae en plena Cuaresma, a una semana de la Pasión. Quedan unidos por el calendario dos hechos importantes: María aceptando su Maternidad y sus consecuencias.
¿Podía entender aquella joven lo que suponía su SÍ? Ser madre de un Hijo que pasará los últimos años de su vida viviendo como un vagabundo. Ver día a día cómo las autoridades le atacan y el pueblo le sigue por ver sus milagros. Y finalmente presenciar su camino hacia el Calvario, su Crucifixión y pasar por lo peor que puede pasar una madre: tener el cadáver de su hijo entre sus brazos.
Por eso María es nuestro modelo. Ella nos empuja a decir SÍ a Dios, SÍ a la vida, con todas sus consecuencias. Podemos criticar a Jesús, transformarlo en una estructura o seguirle como se sigue a un mago, a alguien de quien esperamos que nos solucione la vida...María nos invita a seguirle con todas las consecuencias. A seguirle por Amor...
María, en la Anunciación, me hace pensar también en esas jóvenes que se ven en la tesitura de decidir tirar adelante con un embarazo o no. Nosotros les hablamos de derechos (curiosamente siempre olvidamos los del neonato). Ellas, seguramente están asustadas ante un futuro incierto...María las invita a decir SÍ a la vida. A confiar. Pero...nosotros olvidamos nuestra responsabilidad; que en vez de discutir, teorizar, condenadar...debemos acompañar ese SÍ. Ese acompañamiento significa, primeramente el amor y el apoyo de los cercanos. Pero también significa crear las estructuras sociales necesarias para que esta mujer no se encuentre sola y pueda criar y educar adecuadamente a su hijo.
El SÍ de María es un SÍ a la vida. Y eso es siempre un SÍ a Dios...
No hay nada.
ResponderEliminarUna entrada reflexiva...Pero qué difícil es tomar una decisión, sobre todo, cuando se decide por otro. Hay decisiones que te pesan en el alma y te acompañan hasta el último día... Y aún así decirle Sí a la Vida (a la de una) con ese peso sobre la conciencia, no es fácil...
ResponderEliminarMi primer nombre es María y el segundo Soledad.
Te dejo un fuerte abrazo querido Joan Josep.
Sí a tot el que comporta aquesta reflexió. Tot el procés evangèlic no és res més que el reflex de la vida i, encara, en el cas de Jesús i família, una vida menestral sense carències.
ResponderEliminarNo és comparable a altres situacions molt més agressives que pateixen multitud de dones.
Cal una atenció social més implicada, però els polítics fariseus sempre hi seran, també.
Olga X.
Hola Joan,ara si abans no havia comentari ni cap arxiu.
ResponderEliminarMaria nos empuja a la confianza. A seguirle por Amor.
Se diferencian mucho tomar las decisiones, con Dios y Maria. Ha sin Dios, y sin Maria. No pretendamos obligar, ni castigar ha nadie, y menos ha una mujer que toma una decisión.
ResponderEliminarMaria no creo que sintiera ningun temor ha ser rechazada oh apedreada: pues con el Espiritu Santo, junto con la simiente, le fué transmitido, el sosiego del saver de lo que se tratava; y San Jose, idem de lo mismo.
Dificil papel el de un madre¡¡
ResponderEliminarEs aún más cuando tiene que ver s sus hijos yacientes.
Hoy,silencio
Besucos
Gó