Mientras el Anacoreta y su joven seguidor paseaban, pasaron por delante de unas oficinas parroquiales. A su puerta esperaban un grupo de personas con bolsas, a la espera de ayuda en alimentos.
El joven dijo:
- Esta crisis está haciendo sufrir a mucha gente. Y no es fácil pedir. Muchas veces es humillante.
Guardó el Anacoreta un rato de silencio y luego respondió:
- Sí. Hay que saber dar sin humillar. Helder Cámara escribió: "¡Es tan fácil dar sombra como da sombra un árbol, desde lo alto de su grandeza! Pero qué difícil es dar sin humillar, como un hermano que no hace más que su deber, que comparte con sus hermanos lo que también les pertenece." No se trata de dar, sino de compartir. El que da, se siente superior. El que comparte, se pone al mismo nivel.
Y siguieron caminando en silencio...
hola joian josep:
ResponderEliminaresta entrada va de cien para mi, que estoy en atención porimaria de las Cáritas de mi Parróquia.
Ya que no es solo dar, sino escuchar, compartir, empatizar y sobre todo amar.
Una abraçada, Montserrat
Joan Josep, publico aquesta entrada al Facebook.
ResponderEliminarAbraçades!