miércoles, 24 de agosto de 2011

EL ANACORETA Y LAS SEQUOIAS


Aquel hombre no se cansaba de decirlo:
- No necesito a la Iglesia para ser cristiano. Yo sigo a Jesús por mi propio camino. Las esctructuras, en vez de acercarme a Dios, me apartan de Él...
El joven seguidor preguntó al Anacoreta:
- ¿No es cierto que a veces la Iglesia aleja a las personas de Dios en vez de acercarlas?
Se quedó el anciano pensativo unos instantes. Luego, respondió:
- Toda estructura formada por personas tiene fallos y limitaciones. Pero hacer el camino solo, es exponerse a extraviarse y a seguir una proyección nuestra creyendo que es Dios.
Miró a los ojos del joven y prosiguió:
- Lo leí hace tiempo. Las sequoias son posiblemente los árboles más altos de la tierra. Sin embargo, dificilmente un huracán puede derribarlos. ¿Sabes cuál es su secreto?
Negó el joven seguidor con la cabeza:
- Al mismo tiempo que suben hacia lo alto, entrelazan sus raíces con las sequoias que tienen a su alrededor. Ese entramado les mantiene fuertemente arraigadas a la tierra, incluso comparten la sabia y pueden erguirse hacia lo alto como ningún otro árbol puede hacer.
Volvió a guardar unos instantes de silencio antes de concluir:
- Para mí, es una imágen espléndida de lo que debe ser la Iglesia: esa unión en la tierra, ese sentirnos hermanos compartiendo lo fundamental, que sin dejar de estar unido a los demás, nos permite seguir nuestro camino personal hacia las alturas...


1 comentario:

  1. A veces siento cómo la ausencia que mantengo con mi comunidad,me produce cierto desasosiego.Mas las circunstancias personales me lo impiden en toda su plenitud.
    Sin comunión no pueden enraizarse adecuadamente los hermanos.Solo el amor hacia el otro le podrá mantener cercano a Dios.
    La imagen de la Sequoia,me parece muy bonita,aunque en la Naturaleza,todo ser vivo parece mantener en su habitat un equilibrio perfecto.
    Sigo observando tu creatividad cada vez más reposada y meditada.Y ..me gusta.
    Besucos hermano

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