Aquel joven hablaba entusiasmado de sus experiencias en un viaje que había realizado a África siguiendo un proyecto de una ONG. Cuando el joven marchó el Anacoreta dijo a su seguidor:
- Casi siempre confundimos experiencia con vivencia. Si las vivencias no se profundizan y maduran transformándose en experiencia, sirven de muy poco. Producen una sobreexitación que se disipa al poco tiempo.
Miró a su joven seguidor y concluyó:
- El otro día, un responsable de una ONG se quejaba de que la mayoría de los participantes en los proyectos, una vez finalizados, no se involucraban a la ONG y desaparecían.
Nuestra sociedad tiene muchas vivencias, pero poca experiencia. La vivencia es momentánea. La experiencia exige un compromiso. Es un camino a seguir, no una flor de verano...
Bon día Joan Josep:
ResponderEliminarQue matiners que som eh?
Doncs si quan un persona es voluntaria, adquireix un compromís molt gran i devagades el camí es fa dur i cansat, i aleshores es quan hi ha persones que tiran la manta.
I ja no sols en el voluntariat i son en les vivencies de mare, ser mare implica tota la vida, sobretot si es té algun fill malalt.
Una abraçada germà, Montserrat
Montserrat. Quan tinc algú a l'hospital sempre he ser o molt matiner o molt tardaner...Una abraçada: Joan Josep
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