Con el buen tiempo, hormigas y toda clase insectos empezaban a pulular por el parque. El Anacoreta se las miraba sonriendo. El joven seguidor, conocía esa sonrisa pícara, que siempre iluminaba la cara del anciano antes de darle una enseñanza. Así que esperaba sus palabras. No se equivocó. Al poco rato el Anacoreta dijo:
- Fíjate las hormigas. Cuanto menos peso llevan, más ligeras van. Mira aquellas que intentan arrastrar aquel escarabajo. Pasarán toda la mañana para lograr llevarlo al nido...Entonces descubrirán que no podrán almacenarlo, porque no cabe en el agujero. Mientras, las otras, habrán llenado el nido de semillas.
Miró al joven y prosiguió:
- A nosotros nos pasa lo mismo en la vida. Nos vamos cargando de cosas. Creemos que ser feliz es poseer muchas cosas: dinero, poder, éxito, amores...Incluso a Dios lo consideramos una posesión. Así, lo único que conseguimos, además de ser infeliz, de no avanzar en la vida. Nos apegamos a las cosas...y estas nos inmovilizan.
Puso una mano sobre el hombro de su seguidor in concluyó:
- Quédate con lo imprescindible. Acepta las cosas sin apegarte a ellas. Ves dejando lo que no te deja avanzar. Sí...al principio te costará y las añorarás. Puede que incluso te sientas angustiado por perderlas...Pero poco a poco te sentirás ligero, libre...y entonces empezarás a ser feliz...
¿cómo quedarno con sólo lo imprenscindible? cuando sin buscarlo te siente que Dios mismo te va vaciando, y cuesta si cuesta, gracias de verdad, me ayudado el compartir de hoy, gracias.
ResponderEliminarEs cuestiónde recursos:las hormigas, cuando se den cuenta de que no cabe por la boca delnido: trocearan el escarabajo,pues en la natura nada se tira.
ResponderEliminarEl hombre,al atiborrarse se empacha de tantas cosas, y de alguna manera te hace daño: mientras que si lo asumes despacio y con tiempo con generosidad ya es mas asumible: para encontrar esta felicidad que asolo avita en el corazon. una abraçada
Quedarse con lo imprescindible, aceptar las cosas sin apegarse a ellas, dejar lo que impide avanzar, salir al camino solo con una alforja y un par de sandalias..., está claro que es muy necesario y así es cómo debería de ser, pero en la realidad es muy algo difícil de conseguir, a pesar de intentarlo cada día
ResponderEliminarUnn abrazo
Exacto, exacto...es verdad.
ResponderEliminarUna tontería de las mias pero que me ha hecho recordar tu escrito.
Hace unas semanas la lavadora o mi madre jeje me estropeó mi jersey preferido, me tuve que aguantar y tirarlo, quedó fatal el pobre. Y esta semana me ha estropeado la lavadora, por no decir mi madre de nuevo jeje, mi sujetador favorito.
No me mosqueé ninguna de las dos veces, porque pensé que no tienen el mismo valor que tienen las personas y que las cosas estroepadas no tienen tanta importancia como un ser querido malito.
P.D: Te leo todos los días Joan, pero a veces no me siento con ánimos de escribir. Hoy no me siento bien, sin embargo sí que necesito escribir a todos mis amigos blogueros para olvidarme de mi.
Un abrazo.
Firmo todo lo leido ... menos lo del escarabajo ¡¡¡ Esa hormiga no tendra colesterol, ni azúcar, ni grasas por todo el cuerpo . Esa hormiga fortalece sus musculos y trabaja su fuerza de voluntad. Esa hormiga es una fuertota a la que todas las cursis le piden ayuda ...esa hormiga .... ¡¡ es la pera ¡¡¡ y ya esta bien de meterse con las hormiguitas ¡¡¡ Ale.
ResponderEliminarSi, despojarse de trastos, es bueno y confortable... lo que pasa es que cada uno necesita distintos tiempos... y al humano le encanta cargar con cosas que no "caben" en ningun sitio.
U beso , silencioso..