El Anacoreta dejó sobre la mesa el libro que estaba leyendo y dijo a su joven seguidor:
- No sé por qué la gente tiene miedo a la noche. Lo asociamos a riesgo, a crimen, a pecado...En cambio, a mí me gusta la noche.
El joven movió dubitativo la cabeza y exclamó:
- ¡En la noche se puede ocultar el mal, en cambio la luz del día lo auyenta!
Rió el Anciano y respondió:
- Dios también creó la noche. A mí me gusta porque me ayuda a hacer el silencio en mi interior. Siento a Dios que me acompaña en lo profundo de mi corazón. Allí nadie nos puede dañar. Recuerda que Jesús se retiraba al monte de noche a orar.
Suspiró y concluyó diciendo:
- En la noche caen nuestras caretas. Como nadie nos ve, no nos esforzamos por aparentar. En la noche estamos desnudos ante Dios...Es cuando podemos exclamar con todo nuestro corazón, Abba.
Cal saber aprofitar cada moment.
ResponderEliminarEl sol de l'albada, el sol radiant del migdia, el cansament del capvespre i de la feina feta, i el silenci i repós de la nit. Déu te una paraula per cada moment.
Adrià Nyel,