Leí una vez esta parábola:
Diez hombres cruzaron un río de aguas turbulentas. Tras muchos esfuerzos, consiguieron alcanzar la otra orilla. Como la travesía había sido muy difícil, uno de ellos se puso a contar a sus compañeros para ver si estaban todos, pero no se contó él y para su sorpresa comprobó que sólo había nueve.Faltaba uno. Sus compañeros empezaron a contar y todos cometieron el mismo error. No se contaban a ellos. Efectivamente sólo había nueve. Allí quedaron sentados llenos de tristeza. Un caminante que pasaba por allí, al enterrarse de lo que ocurría, se dio cuenta del error y les propuso que se numeraran según él les tocaba la cabeza. Con gran alegría comprobaron que estaban todos. Habían encontrado al que faltaba. Cada uno se había encontrado a sí mismo.
A mí se me ha ocurrido asociar esta parábola a la Resurrección. Los apóstoles lloraban entristecidos por que les faltaba Jesús. Hasta que un "caminante" les hizo ver que Jesús seguía vivo en cada uno de ellos.
A mis amigos agnósticos, que buscan a Jesús, a Dios a su alrededor, me gustaría hacerles ver que se olvidan de buscar donde realmente está: en su interior. En ellos mismos. En los hombres.
Feliz Pascua de Resurrección y que esta esperanza recien renovada no nos abandone nunca. Abrazos desde El Maresme
ResponderEliminarMe a hecho gracia esta prabola,pero tenemos miedo de mirar en nuestro interior?,no es tan facil,quizas descubrimos cosas que no nos gustan:estamos preparados?.
ResponderEliminarDisculpat:pero sigo siendo envidioso,sanamente(se entiende).Una abrçada
Es cierto! no queremos ver en nuestro interior, siempre buscamos lo que falta por fuera.
ResponderEliminarabrazos.
Me ha gustado mucho esta parábola, no la conocía y es de lo más real
ResponderEliminarUn abrazo
Esta parábola tiene otro significado, pero pocos lograrán entenderlo. La resurrección de Jesús es distinta la manera de interpretarla. Saludos!
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