DUDAS

Así en plural. En el terreno de la Fe, L. Monden, distingue entre "dudas de fe" y "dudas en la fe" Las dudas de fe  son las dificultades que encuentra cualquier persona para comprender y aceptar los misterios  del credo, aquellas afirmaciones límite que superan la capacidad del conocimiento humano.

Fe no es certitud. Para creer hay que dar un paso y aceptar aquello que la razón nos hace dudar, sabiendo que Dios está por encima de la razón y no puede ser abarcado totalmente por nuestra inteligencia. 

Pero luego tenemos "las dudas en la fe". Estas son las más duras, porque afectan a personas que son profundamente creyentes. Son dudas existenciales, que ponen en duda el sentido de la fe y minan nuestra confianza en Dios. Son aquellos hechos que nos hacen dudar de la bondad de Dios, de sus promesas de salvación. Son dudas de la providencia divina. Estas dudas aparecen  cuando observamos el sufrimiento de los más débiles, la injusticia en el mundo, los defectos de la Iglesia. La presencia del mal en la tierra nos hace dudar de la totalidad del mensaje cristiano.

Para vencer esas dudas se necesita mucha fortaleza y una vida espiritual muy profunda. Mucha gente afirma perder la fe a causa de estas dudas. Pero el dejar de creer no soluciona los problemas. El alimentar la fe con una oración profunda nos conduce a luchar contra ese mal, contra esas injusticias, con un compromiso personal, aunque sepamos que nunca acabaremos de comprender a ese Dios y confiando que Él no nos fallará. Junto a la Fe necesitamos la Esperanza. Una esperanza que, como nos dice J. Martín Velasco, "no es simplemente la convicción de que algo va a salir bien, sino la convicción cierta y oscura de que ese algo, incluso si sale mal...tiene sentido."

Creer da sentido a la vida, cuando nos empuja a luchar, a entregarla, para cambiar una realidad injusta y negativa, para hacer un mundo mejor. Ante un mundo en el que sufren los inocentes, sólo nos queda seguir creyendo en silencio contra toda evidencia y seguir luchando por un mundo mejor, que es luchar porque el Reino empiece ya aquí, ahora.