Estamos inmersos en la cultura de la imagen. Somos lo que aparentamos. Equiparamos ser con parecer. Esto hace que nos ocultemos tras una máscara, tras la cual no hay nada. Las redes sociales nos han adentrado en esa cultura imaginaria, superficial...que pretende ahogar la cruda realidad, el miedo a la verdad. Nos hacen creer que la imagen, la apariencia es la realidad. Buscamos, por lo tanto, el reconocimiento de los otros. Lo que somos en realidad, nuestra interioridad, no cuenta, porque esto no lo pueden percibir los demás. Cuenta el aspecto, los signos externos, los gestos.
Sólo seremos personas, cuando esta imagen manifieste realmente lo que somos. Cuando logremos armonizar exterioridad e interioridad.
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