Mare nostrum, como lo llamaban los romanos. Este verano sus playas estarán repletas de bañistas, de niños construyendo castillos de arena. Ese mar que también es camino de ilusión para los que buscan una vida mejor y que, demasiado a menudo, es la tumba de esas ilusiones. ¿Tendremos, aunque sólo sea unos breves instantes, un recuerdo por esas víctimas? ¿Volveremos de nuestro veraneo con la firme resolución de luchar para que no haya ni una más?
El poeta italiano Erri de Luca ha escrito este poema. La versión es mía.
"Mar nuestro, que no estás en el cielo
y que rodeas los confines de las islas y del mundo,
bendita sea tu sal,
benditos tus abismos.
Acoge los barcos sobrecargados
errando sobre tus olas
pescadores que han lanzado en la noche,
sus redes sobre las criaturas,
y que vuelven de mañana
con la pesca de los náufragos del exilio.
Mar nuestro, que no estás en el cielo,
al alba tienes color de trigo,
en el ocaso de la uva vendimiada.
Hemos sembrados a los ahogados
más que en cualquier edad de tempestades.
Mar nuestro, que no estás en el cielo,
eres más justo que la tierra firme
incluso cuando levantas muros de olas
y después los aplanas como alfombras.
Guarda las vidas, las vidas caídas
como las hojas en un parque,
sé para ellas otoño,
caricia, abrazo, beso en la frente,
madre y padre antes de la despedida."
(Erri de Luca)
Bon día Joan Josep, preguem perque no hi hagin més víctimas d´accidents.
ResponderEliminarUna abraçada, Montserrat