"No acumuléis riquezas en la tierra, donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder".
Pero nosotros seguimos acumulando. Y no sólo la polilla lo destruye y las cosas se echan a perder, sino que hacemos que los demás no tengan lo que necesitan. En una sociedad en la que dos terceras partes carecen de lo esencial, porque una tercera o menos acumulan lo que corresponde a los otros, se nos tendría que caer la cara de vergüenza. Pero se nos llena la boca hablando de estado de bienestar cuando los otros no tienen nada.
"Los ojos son como las lámparas del cuerpo".
Hemos hablado muchas veces de que hay que mirar con otros ojos; con ojos buenos, nos dice el evangelio. Si sabemos ver, veremos la necesidad de nuestros hermanos y la luz hará que sepamos compartir. Pero si nuestros ojos no saben ver la miseria de los otros, estamos sumidos en la más grande de las oscuridades y seguiremos siendo unos egoístas.
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