"Mucha gente que estaba allí, más otra llegada de los pueblos, se reunió junto a Jesús, y él les contó esta parábola:
- Un sembrador salió a sembrar su semilla. Y al
sembrar, una parte de ella cayó en el camino, y fue pisoteada y las aves
se la comieron. Otra parte cayó entre las piedras, y brotó, pero se secó por falta de humedad. Otra parte cayó entre espinos, y al nacer juntamente los espinos, la ahogaron. Pero otra parte cayó en buena tierra, y creció y dio una buena cosecha, hasta de cien granos por semilla.”
Esto dijo Jesús, y añadió con voz fuerte:
- ¡Los que tienen oídos, oigan!
Los discípulos preguntaron a Jesús qué significaba aquella parábola. Él les dijo:
- A vosotros, Dios os dae a conocer los secretos de su reino; pero a los otros les hablo por medio de parábolas, para que por mucho que miren no vean y por mucho que oigan no entiendan.
Esto significa la parábola: La semilla representa el mensaje de Dios. La parte que cayó por el camino representa a
los que oyen el mensaje, pero viene el diablo y se lo quita del corazón
para que no crean y se salven. La semilla que cayó entre las piedras
representa a los que oyen el mensaje y lo reciben con gusto, pero luego,
a la hora de la prueba, fallan. La semilla que cayó entre espinos representa a
los que oyen, pero poco a poco se dejan ahogar por las preocupaciones,
las riquezas y los placeres, de modo que no llegan a dar fruto. Pero la semilla que cayó en buena tierra
representa a las personas que con corazón bueno y dispuesto oyen el
mensaje y lo guardan, y permaneciendo firmes dan una buena cosecha."
Comentario de Koinonia (Servicio Bíblico Iberoamericano):
"La fidelidad a la palabra se manifiesta no sólo al final de los
tiempos, sino en las dificultades de todos los días. Esta fidelidad hará
del creyente una persona rica en frutos de amor y de verdad. Por todo
esto debemos esforzarnos cada día por seguir los pasos que nos exige el
acoger la palabra. Primero: Escucharla; segundo: recibirla con fe y
alegría; tercero: no dejar que las preocupaciones y ocupaciones de cada
día que nos absorben tanto lleguen a sofocar el verdadero sentido de
nuestras vidas que es proclamar y vivir el Reino de Dios y su justicia y
finalmente, perseverar en la vida de comunión con Dios, nuestro Padre,
en el seguimiento de Jesús, como sus discípulos misioneros y esto a
través de la entrega noble y generosa a las tareas que nos proponen las
bienaventuranzas como son el trabajar por la justicia y la paz con
limpieza de corazón y ejerciendo la misericordia en el servicio y el
compartir los bienes."
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sábado, 23 de septiembre de 2017
FIELES A LA PALABRA
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Pare de la misericòrdia...Pare Nostre Gràcies
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