"Después de esto, Jesús anduvo por muchos pueblos
y aldeas proclamando y anunciando el reino de Dios. Le acompañaban los
doce apóstoles y algunas mujeresa que él había librado de espíritus malignos y enfermedades. Entre ellas estaba María, la llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; también Juana, esposa de Cuza, el administrador de Herodes; y Susana, y otras muchas que los ayudaban con lo que tenían."
Estos días estoy muy liado entre un Hermano de la Comunidad que está en el hospital y el trabajo en el colegio. Por eso os pongo los comentarios de Oikonia (Servicio Bíblico Iberoamericano), que me parecen muy adecuados:
"Cuando se trabaja en ambientes campesinos llama la atención cómo se
realizan encuentros eclesiales para la formación, compartir
experiencias, celebraciones de fiestas patronales y a pesar de su
pobreza no faltan los alimentos en la mesa para compartir y de manera
especial ve uno manos, rostros, sudor de mujeres y hombres sencillos que
gracias a su esfuerzo quienes asisten a estos encuentros pueden
ocuparse de su proyecto porque ellas especialmente los procuran en lo
básico: la alimentación. Es lo que me inspira el texto de hoy al hablar
de las acompañantes de Jesús que no predicaban, ni expulsaban demonios
sin embargo, gracias a su callada pero efectiva labor hacían posible que
Jesús y los apóstoles pudieran desarrollar el proyecto del Reino. Un
dato a tener en cuenta es que ellas habían sido “agraciadas” con la
presencia del Maestro y agradecidas ofrecían lo que podían. Hoy es un
buen día para agradecer lo que somos, tenemos y podemos pues en realidad
“no tenemos nada que no hayamos recibido”."
Fue el único "profeta" que las admitió entre sus seguidores.
AgraÏr el que som i tenim. Pare Nostre
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